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cultura teatro

Los Influencers mucho más de lo que parece. 

Inés Muñoz Aguirre

Julie Restivo y Javier Vidal forman un binomio creativo inseparable. De ese trabajo continúo nació J Creativa y contra viento y marea han construido una historia importante dentro del teatro venezolano.  Entre sus más recientes trabajos está Los Influencers, un título que es sin duda un guiño a los términos que ha impuesto la moda de las redes sociales, pero que después que ves la obra adquiere otra dimensión.  Te permite entender que la “evolución” de la comunicación en la que se da paso al comentario superficial, a la hipnosis que produce el uso de la imagen, a la compra de seguidores, no podrán opacar jamás a seres como los protagonistas de esta historia: Sofia Imber e Isaac Chocrón, que como bien expresan en algún momento de la obra son y serán siempre los verdaderos “influenciadores” de la opinión pública. En principio no por ser precisamente ellos (que también) , si no por representar a quienes logran la reacción del otro, la opinión y el seguimiento por el conocimiento, liderazgo y carisma que se posee en “vivo y directo”. 

Este texto dramático además tiene la bondad de ubicarnos en un periodo de nuestro país, en el que también existían los “círculos cerrados”, las alianzas entre amigos, la búsqueda de los beneficios que otorgaba el Estado, con una clara diferencia con el presente: la cultura tenía su cuota de importancia (Aunque siempre nos parecía poca) y el talento y la preparación de quienes estaban al frente de las distintas instituciones era indudable. Gente estudiosa, comprometida con lo que hacían y no en balde con un reconocimiento nacional e internacional que acariciaba de tal manera sus egos que se terminaba por construir unos “dioses” que fueron cayendo con el tiempo, destronados por una revolución que pretendía acabar con todo, pero que no ha podido borrar el pasado y lo realizado porque no han podido hacerlo mejor.  Los cascarones vacíos en que se convirtieron las obras de aquel momento son la mejor prueba de la falta de gestión y de objetivos, por no mencionar la falta de conocimiento y preparación. Herramientas fundamentales para alcanzar el éxito.

Es indudable que además de la risa que le produce a los espectadores los desencuentros entre estos dos “titanes” de la cultura, si nos permitimos pensar un poco más allá de lo que vemos y leer las “entrelineas” del texto dramatúrgico el espíritu crítico está presente, en una memoria que además recurre a unos cuantos guiños como el nombrar a personas que en su mayoría son familiares a la audiencia. Referencias que actualizan, familiariza y en algunos casos nos premia con una anécdota en torno al personaje mencionado. 

Las actuaciones como siempre ocurre con estos inigualables actores, impecables. Acudieron al recurso de las caracterizaciones que se nota con mayor evidencia en el personaje de Chocrón.  Julie Restifo logra una Sofía, cuya interpretación nos regala una actitud corporal inconfundible, apoyada en la voz, tan bien lograda que se pueden cerrar los ojos y escuchar con claridad al personaje.  Ambos personajes se descubren y redescubren entre ellos. El espectador también tiene la oportunidad de encontrarse con las inquietudes personales que sirven de plataforma a la obra de Chocrón y a lo que significa hacer un buen periodismo, porque la obra nos cuenta como la Imber hacía entrevistas previas a los que después serían entrevistados en su programa. Periodismo sin debilidades y sin sorpresas. 

Sin duda alguna hay que ver esta obra, no se la pierda porque ya están en las últimas funciones. 

Una fiesta salvaje de Boris Vian, un canto hacia las pasiones humanas

Gabriela Márquez

“La mer  a bercé mon coeur pour la vie” /  

“El mar me ha agitado el corazón de por vida”

La emblemática y conmovedora canción de Charles Trenet, titulada “La mer”, da inicio a la obra teatral “Una fiesta salvaje de Boris Vian” presentada por el director de teatro, productor y crítico musical Federico Pacanins, de la mano de la Embajada de Francia en Venezuela y la Asociación Cultural Humboldt. Asistí a la segunda función de esta magnífica pieza de teatro musical el día domingo 10 de abril a las 11:30 a.m. y terminé con ganas de empaparme de música jazz y de investigar más sobre la vida de este reconocido compositor.

Con delicadeza, Una fiesta salvaje de Boris Vian nos lleva a la década de los años 50 del siglo XX en donde nos retrata la vida de Boris Vian, un compositor, cantante, ingeniero, trompetista, novelista, poeta, periodista y traductor. Este importante representante de la vanguardia musical y literaria francesa post-guerra, realizaba extraordinarios encuentros con su primera esposa Michelle Léglise Vian y precisamente en esta fiesta que presenciamos en la obra, aparecen personajes muy importantes como Ursula Kübler, bailarina y segunda esposa de Vian; el filósofo Jean-Paul Sartre, y la cantante Hildegard Knef, posterior pareja del compositor. Todos estos personajes junto a un músico ciego y un jefe de comedor, convergen en un goce surrealista y eufórico, en una celebración llena de vida, una orquesta inigualable de jazz y en unos exquisitos diálogos que dan un sentido completo a la obra.

El elenco de esta pieza teatral me pareció muy creíble y cada uno de ellos transmitía una esencia auténtica de las personas de aquella época. Gerardo Soto como Boris Vian, Sandra Yajure como Michelle Léglise Vian, Anakarina Fajardo como Ursula Kübler, Edgar Sibada como Jean-Paul Sartre, Paola Martínez como Hildegard Knef, Juan Carlos Grisal como el “ciego”, Edisson Spinetit como el maître; lograron a mí parecer, una sensación de frescura y naturalidad con sus actuaciones, en donde los personajes resultaban cautivadores y tenían una caracterización vocal sumamente pulcra y apropiada para las interpretaciones de las distintas canciones que se pudieron escuchar.

Esta pieza de teatro musical nos traslada a las noches de París gracias a su escenografía, su música, los efectos de iluminación, los vestuarios y el maquillaje de los personajes. Por un lado, la atmósfera que crea la escenografía nos hace movernos hacia una elegante velada, con colores predominantes como el rojo, verde, azul, morado y negro. Y, por otro lado, nos muestran un objeto particular: un “piano coctelero” que va más allá de la imaginación y tiene el poder de contagiar el placer de la diversión en los personajes, incluso en los espectadores. Uno de los aspectos más interesantes que me parece relevante resaltar de la escenografía, fue el uso de una pantalla que mostraba las traducciones de las canciones interpretadas en francés y en inglés, además de traducir los diálogos y enseñar imágenes de la ciudad en esa época, haciendo incluso más auténtica la puesta en escena. Además, pudimos ver una breve parte de la adaptación cinematográfica –interpretada por los mismos autores de la obra- de la novela “Escupiré sobre vuestras tumbas” de Boris Vian.

Sin duda, Una fiesta salvaje de Boris Vian, me trasladó a muchas de las vivencias del protagonista. Un hombre de veladas espectaculares, con la música jazz en cada uno de sus pasos, con su amor por la trompeta, el universo artístico, las letras, las pasiones humanas. Una obra de teatro compleja en la cual hay que estar atento a cada uno de sus palabras para una comprensión máxima y para poder adentrarnos en los años 50, una pieza que trata temas de gran importancia como la libertad y el sentido de la identidad. Una obra de teatro que conquista desde el primer tema musical hasta el último y que resalta el significado de la vida: ser feliz.  

UNA FIESTA SALVAJE DE BORIS VIAN”

El estreno teatral de “Una fiesta salvaje de Boris Vian” llega a la Asociación Cultural Humboldt los próximos 9, 10, 16 y 17 de abril.

Con el apoyo de la Embajada de Francia en Venezuela y la Asociación Cultural Humboldt, Federico Pacanins presenta “Una fiesta salvaje de Boris Vian”, pieza de teatro musical que revive el espíritu artístico y de profunda soltura jazzística del representante de la vanguardia literaria y musical francesa post guerra: Boris Vian.

En la obra, Boris Vian – Gerardo Soto –, famoso, entre otras razones, por organizar veladas inolvidables, se viste de anfitrión para ofrecer una fiesta surrealista que desata el disfrute y el gozo de sus invitados. Junto con su primera esposa, la traductora y poeta Michelle Léglise Vian – Sandra Yajure –, el hombre da la bienvenida a icónicos y curiosos personajes de la talla del filósofo y escritor existencialista Jean-Paul Sartre – Edgar Sibada –; la bailarina, actriz y segunda cónyuge de Boris, Ursula Kübler – Anakarina Fajardo –; la cantante, intérprete y posterior pareja de Vian, Hildergard Knef – Paola Martínez –; un maître – Edisson Spinetti; – y un cantante ciego que anima esta celebración – Juan Carlos Grisal –, recordando a todos la alegría de vivir.

Rodean esta historia el espíritu dionisíaco del baile, los juegos, el poliamor y las notas de jazz, surgidas de una presentación exclusiva de la Boris Vian Jazz Band, con arreglos de Aarón Cabrera y formada por Wilmer Caldera en el contrabajo, Josué Muñoz con la guitarra y la viola, y Edgar González en la trompeta y el corno francés.

Boris Vian – Ville-d’Avray, Hauts-de-Seine, 10 de marzo de 1920 – París, 23 de junio de 1959 – fue un crítico jazzista, compositor, cantante, trompetista, dramaturgo, ingeniero, novelista y poeta francés. En su carrera, escribió teatro, letra y música de canciones, cuentos y novelas, utilizando diversos heterónimos como Vernon Sullivan y Boriso Viana, y los anagramas Baron Visi, Brisavion, Navis Orbi, Bison Ravi, entre otros. 

Conmemorando los 102 años del nacimiento de este polímata francés y mediante la comedia de lo absurdo e irónico, “Una fiesta salvaje de Boris Vian” confronta temas como la libertad y el libertinaje, el humanismo y el patriotismo, la literatura y la música, el caos y el orden.

Vian estudió Ingeniería, carrera que ejerció para, luego, dedicarse con holgura a sus actividades de artista: fiestas, jazz, noche, chicas, amistades intelectuales de todo tipo, alter egos, crítica musical y novelas, siendo la más famosa y controversial “Escupiré sobre vuestras tumbas”, de la cual vendió los derechos para una adaptación cinematográfica. Aunque inicialmente estuvo encargado del guion, tras diversas peleas con la productora, el director y el guionista, Boris quedó fuera del proyecto y asistió de incógnito al preestreno de la película en el cine Le Petit Marbeuf, cerca de los Campos Elíseos, donde falleció de un infarto que sufrió durante la proyección.

El montaje cuenta con la asistencia de dirección de Paola Martínez, la producción general de Edisson Spinetti, la iluminación de Manuel Troconis, el coaching lingüístico de Hernán Rosas, las proyecciones de Jessika Dragnic y la dirección escénica y el libreto de Federico Pacanins.

Apoyada en la acción cultural, la Embajada de Francia en Venezuela contribuye con la promoción y el brillo de Francia, impulsando el diálogo y el intercambio con culturas extranjeras. Por su parte, la Asociación Cultural Humboldt nació en 1949 con el objetivo de difundir y fomentar nacional e internacionalmente las culturas venezolana y germánica, en sus aspectos científicos, literarios, artísticos y lingüísticos.

“Una fiesta salvaje de Boris Vian” se estrenará con todas las medidas de bioseguridad en el teatro de la Asociación Cultural Humboldt en abril: sábados 9 y 16 a las 4 P.M., y domingos 10 y 17 a las 11:30 A.M. 

Las entradas pueden ser adquiridas en las taquillas del teatro y por el correo electrónico infoasohumboldt@gmail.com.