economía creativa en pasión país

La Paradoja de la Estructura y la Gestión de la Creatividad

Samuel Salazar morales

El que las “estructuras” limiten a la creatividad, es falso. Por el contrario, ofrecen la posibilidad de encausar nuestras ideas y llevar al máximo el potencial de nuestras mentes creativas, nuestra imaginación. La gestión de la creatividad es parte de mi día a día con las marcas con las que trabajo, por lo que elegí este tema para mi ponencia en el 1er CREADIP, Congreso Nacional de la Asociación Venezolana de Diseñadores y Publicistas (AVEDIP); en este artículo te cuento un poco del tema y de esta experiencia. 

En los primeros años de mi preparación como asesor independiente, me fue un reto conciliar mi perfil mental, más orientado hacia la lógica, con mi inclinación y deseo a trabajar con los sectores de la Economía Creativa, Moda en particular. Estudiando sobre perfiles creativos, me encontré con la comprobadísima afirmación de que todos somos creativos, solo que de formas y con finalidades distintas, así como con un poderoso ejemplo: Experimentos habían confirmado que llevar a unos niños a jugar en un parque cercado los llevaba naturalmente a crear nuevas dinámicas de juego entre ellos, mientras que dejarlos en un espacio abierto solo los llevaba a dispersarse.

Exactamente así pasa con la gestión de una marca en la Economía Creativa. El trabajo de personas como yo es el crear las cercas para el parque, en forma de estrategias y conceptos creativos, de manera que las mentes naranja con las que trabajamos, puedan “jugar” de manera más efectiva, diseñando indumentaria, accesorios, espacios o propuestas gastronómicas, para un público objetivo específico y en un momento específico desde lo social, cultural y económico (algunos se olvidan que la cerca está ahí y se caen de boca, pero eso queda para otro artículo).

La paradoja de la estructura, un concepto del psicólogo británico Dr. Michael J. Kirton, nos dice que toda estructura es al mismo tiempo tan limitante como liberadora. Queda de nuestros sectores encontrar el balance entre ambas, entendiendo que la ausencia total de estructura puede llevar al caos, la incoherencia y al fracaso de nuestras marcas. 

Diseñar sin tener claro un público objetivo, deja a las marcas a merced de las constantes y efímeras tendencias del mercado, amenazando el que tengan un perfil claro con el que trascender el tiempo. Comunicar sin tener clara la estrategia global de la marca, la deja vulnerable a los deseos impulsivos de otros creativos (fotógrafos, estilistas, maquilladores, agencias creativas, etc) o a los vaivenes igualmente efímeros de las redes sociales.

Unificar esfuerzos en miras a encontrar este balance dentro de la paradoja de la estructura, podría ser parte del trabajo de la Asociación Venezolana de Diseñadores y Publicistas (AVEDIP). Con mucho esfuerzo y en búsqueda de visiones de vanguardia, la asociación está apuntando a agremiar profesionales de las distintas ramas del diseño y a quienes nos dedicamos al mundo de la comunicación de las marcas. Fue un gusto ser parte de su 1er Congreso Nacional este fin de semana, en compañía de grandes profesionales y teniendo el compromiso de abrir el día dedicado a moda, que siguió con diversos ponentes de la Academia de Moda UCAB y cerró con la orfebre Carol Leal. Dos días que fueron solo una primera ramita de una semilla sembrada con gran dedicación por mi querida Jessica Stein y Dayana Jansen, quienes encabezan el capítulo Caracas de la Asociación fundada desde el Estado Táchira.

Espero este artículo sea una invitación efectiva a que quedes atento a las próximas actividades de @avedipvenezuela y @avedipccs , así como a revisar la manera en que estás entendiendo la relación entre tu creatividad y las estructuras de tu marca.

¿Por qué crece el K-Pop en Venezuela?

Samuel Salazar Morales

Luego de semanas de expectativa a través de redes sociales, el lunes pasado se confirmó el primer concierto de un grupo surcoreano en Caracas, en una co-producción de CÚSICA y MC Ent. de Puerto Rico. Además de ser el K-Pop un ejemplo de éxito en las Industrias Creativas, vale la pena preguntarse: ¿Por qué crece este nicho de mercado en Venezuela? ¿Qué nos dice de la Gen Z del país?

Aunque no sea de los grupos más populares de la diversa y prolífica industria musical del pop de Corea del Sur (que erróneamente los medios a veces reducen a los grupos BTS, Blackpink y las noticias más polémicas, generadoras de click-bait), el grupo que nos visitará en un mes, WEi (se leería WI-AI con la fonética del español), es un gran representante del pop pegajoso con toques de hip-hop que caracteriza al sonido más típico del K-Pop, así como del cuidado componente audiovisual y poderoso performance que lo ha convertido en un fenómeno de la era digital. Habiendo debutado apenas en 2020, con la nota de prensa oficial del concierto, WEi promete emociones y mucho color con su gira Passion IN LATIN AMERICA, con un performance con audiovisuales increíbles, mientras se pasean por sus éxitos, BYE BYE BYE, TWILIGHT, All Or Nothing, Spray, y más.

Calificado por los investigadores Hwy-Chang Moon y Patrick Messerlin en sus numerosos estudios conjuntos como “un producto audiovisual de exportación de Corea del Sur”, en el K-pop el “todo” de cada lanzamiento parte de un concepto creativo, que se traduce en música, vestuarios, estilismo, coreografías, diseño de producción de vídeos y escenarios, etc. Una particular visión estratégica, 360, de la cual podrían aprender muchísimo los distintos sectores de las Industrias Creativas; eso es tema para otro artículo.

Pero es justamente en ese “combo” que integra tantos elementos para lograr una experiencia envolvente, donde radica el éxito global del K-Pop, y la particular acogida que logra en nuestro país y continente, con frecuencia en grupos sociales vulnerables. Lo envolvente lo transforma también en un vehículo de escape de nuestras realidades, a veces tan retadoras, así como en un medio de conexión social con otros fans. Es una de las principales conclusiones del anteproyecto de investigación del PhD Benjamin Han “Kpop in Latin America: Transcultural Fandom and Digital Mediation”, para el que entrevistó a 30 “kpoppers” a lo largo de América Latina, así como de las experiencias que yo mismo pude recabar, cuando como Manager de @kairomouse, tuve la oportunidad de viajar a eventos dirigidos a los fans en varios países de América Latina, así como de entrar en contacto con productores, fanclubs, grupos de dance cover, etc.

Y es que en un continente marcado por las desigualdades económicas y la inestabilidad política, pero con una penetración de internet que supera el 60%, no es de extrañar que muchos de nuestros jóvenes consigan online sus principales medios de entretenimiento, sea en los videojuegos o a través de las redes sociales; en todos esos canales, de una manera u otra, van a encontrarse con el K-Pop inevitablemente. El poder audiovisual del K-Pop y la capacidad de adaptación de la industria detrás, lo convirtió en un aliado que creció paralelo al ascenso de las redes sociales, aumentando a través de ellas su alcance en una proporción significativamente mayor a las de géneros musicales de otros orígenes; los vídeos tutoriales de sus coreografías y el consecuente fenómeno del dance cover, estuvo ahí incluso antes de Musical.ly, el primer nombre de Tik Tok. En años recientes los jóvenes fans del K-Pop han sido incluso targets directo de campañas electorales, como la de Boric en Chile, al tiempo que sus canciones más contestarías, como “Am I Wrong” de BTS, sonaban en las protestas de calle en Lima durante las numerosas crisis políticas de años recientes.

Y para llegar ahí, el K-Pop conecta con las grandes ideas que son parte de nuestro mundo global y digital, tanto de manera natural en la mayoría de las ocasiones, como calculada en tantas otras. Pensada siempre desde su potencial exportador, la industria musical surcoreana es intrínsecamente multicultural, al contener elementos sonoros y visuales propios de la identidad local (mucho más allá de la fisonomía de los artistas), así como también eminentemente transcultural, al también pensarse desde ideas y valores que traspasan culturas e idiomas: Respeto, amor por nosotros mismos, salud mental, inclusión, amor, compañerismo, etc. Una creciente apertura de los artistas a conversar sus dudas, momentos de vulnerabilidad e historias de éxito a pesar de orígenes poco favorecedores, validan nuestra propia humanidad y nos dan esperanza frente a nuestros sueños, mientras la fluidez entre sus identidades diarias y sus llamativas stage-persona (que en el caso de los hombres, cuestionan con frecuencia la idea que en occidente se tiene de lo masculino), conectan directamente con las ideas sobre identidad y diversidad de la Generación Z, en particular entre jóvenes LGBTIQ+.

Uno de los hallazgos de nuestro “Reporte Retos y Oportunidades 2023. Moda, Estilos de Vida e Industrias Creativas”, fue justo el potencial económico de iniciativas que conecten con estas ideas de vital importancia para la Generación Z, que crece en su potencial de consumo en el país. CÚSICA afirma que la visita de WEi para su concierto el próximo 13 de junio, es tan solo el comienzo de traer más artistas coreanos al país; WEi, siendo un grupo pequeño, tenía ya un fanclub en Venezuela, que logró articular a otros fanclubs para pedir a través de todas las redes sociales el que se concretara la visita de sus artistas y además agotar las entradas generales del concierto en menos de dos días. Luego de leer estas líneas, espero entiendas un poco sobre el por qué. 

I

Sostenibilidad más allá de lo Eco-Friendly: A 10 años de Rana Plaza

Samuel Salazar Morales

Esta semana se cumple la primera década de la peor tragedia en la historia de la industria de la moda. A las afueras de Dhaka, capital de Bangladesh, más 1.100 personas murieron y 2.500 resultaron heridas, cuando el edificio donde trabajaban colapsó. 5 fábricas de indumentaria tenían su sede en los 9 pisos del Rana Plaza, incluyendo sus almacenes y numerosas máquinas de costura. Los trabajadores asistieron el día de la tragedia bajo amenaza de no recibir su pago mensual, luego de reportar que no querían hacerlo por las numerosas grietas que estaban apareciendo en las paredes del edificio. 

Aunque Bangladesh siga sonando hoy como algo muy distante, ese hecho llevó a la industria y sobre todo al diseño emergente de todo el mundo, a preguntarse por las condiciones de los trabajadores presentes en los diversos eslabones de sus cadenas de valor, y que muchas veces no están bajo su supervisión directa. Incontables son hoy las iniciativas globales y locales que apuntan a visibilizar a la mano de obra detrás de la moda, quienes además son por lo general mujeres, aumentando su vulnerabilidad potencial. 

¿Qué ocurre en nuestro país? ¿En nuestra región? ¿Te lo has preguntado como consumidor?

En mis años de experiencia con el sector, la justa compensación al trabajador de la costura, sigue siendo una deuda, un aspecto con el que a veces busca jugarse irresponsablemente, en miras a ajustar costos y lograr precios competitivos. Sin duda es un reto producir en Venezuela, la mano de obra calificada es escasa y es complejo que en un mercado tan mermado como el nuestro, las marcas vendan lo suficiente para compensar a sus empleados internos con sueldos que cubran todas sus necesidades. Pero muchas marcas comienzan a crecer con un gran porcentaje de producción tercerizada, que también debe ser compensada de manera justa. Valdría la pena preguntarse por las condiciones reales de esos talleres de producción industrial que comienzan a resurgir en el centro del país desde el año pasado; la misma Cámara del Vestido (CAVEDIV) ha llegado a afirmar que la cantidad de empresas que agrupa actualmente es muy reducida para ser representativa del sector y generar data que nos permita entenderlo cabalmente.

Esto también es parte esencial de lograr marcas sostenibles, más allá del fabricar utilizando materiales de origen ambientalmente responsable y/o con diseños “atemporales”. ¿Te has fijado cuantas de las marcas que se dicen sostenibles son transparentes con sus procesos de producción? ¿Cuántas muestran en sus comunicaciones a sus equipos de confección y las condiciones en las que trabajan?

Afortunadamente son varias las marcas e instituciones apuntando a que esto cambie. 

Con la gestión de su taller de confección en el Estado Yaracuy, Yenny Bastida ha logrado convertirse en un ejemplo a seguir para el diseño emergente del continente. Su equipo de costureras cuenta con múltiples beneficios, incluyendo una guardería en las instalaciones del mismo centro de producción. Tanto ellas como los diversos artesanos que aportan su talento para los diseños de la marca, son parte integral de sus comunicaciones, casi tanto como sus diseños y éxitos en el mercado internacional.

 La Academia de Moda UCAB está poniendo en valor la importancia del trabajo técnico y de confección con su Certificación de Producción, cuyos estudiantes hacen posible la entrega final de la Certificación de Diseño, como una asignación entre iguales.

En paralelo, Fundación Vístete de Sueños está ofreciendo servicios de confección diversos, tanto a marcas de indumentaria como a empresas que necesiten uniformes, garantizando no solo un financiamiento para la institución, sino más aún trabajo bien remunerado para sus egresados, formados en patronaje y confección. Tengo el gusto de dar clases en ambas instituciones, y soy testigo de cómo desde lo pequeño, se trabaja poco a poco, pero con visión hacia el que tengamos una Industria. 

Pero nuevamente, al final el poder lo sigue teniendo el consumidor, tal vez tú que me lees. Es tu decisión si el que la marca se identifique como “sostenible” en la etiqueta es suficiente, así como si al exigirle calidad a la producción local, no te preguntas también por el quién y cómo se produjo la prenda, complemento o accesorio que estás comprando. La buena confección tiene un valor, así como el proceso de diseño del producto tiene el suyo, incluyendo los laboriosos cálculos para el patronaje, que como comentaba con mis alumnos de la Fundación la semana pasada, muchas veces no se considera o remunera apropiadamente. 

RECORDATORIO

Si llegaste hasta aquí, este es uno de los múltiples temas que encontrarás en el libro digital Reporte “Retos y Oportunidades 2023. Moda, Estilos de Vida e Industrias Creativas”. Puedes obtenerlo aquí mismo en Pasión País, en su biblioteca, así como a través de mis redes sociales, sin costo alguno. Es un documento formativo y de orientación para ti que tienes una marca en la Economía Creativa, que puedes descargar y compartir con quien gustes. 

Por qué apostar por educar a las Industrias Creativas venezolanas sobre la importancia de la estrategia de marcas?

Samuel Salazar Morales

Si estás leyendo esta columna el día de su publicación, seguramente ya tienes también acceso al libro digital “Retos y Oportunidades 2023. Moda, Estilos de Vida e Industrias Creativas”, que además el equipo de Pasión País tuvo a bien cargar a su biblioteca y hacerte llegar como parte de sus informaciones diarias. Este E-Book, especialmente diseñado para que lo consultes desde tus dispositivos móviles, es producto de un proceso de investigación, lleno de no pocos retos. Pero, ¿por qué elaborarlo y distribuirlo de manera totalmente gratuita?

Como he venido expresando en el espacio de esta columna, los diversos sectores de nuestras Industrias Creativas tienen el reto de evolucionar a ser verdaderamente estratégicos, de pasar de entenderse desde la idea del creativo a entenderse desde el entorno, el mercado y los espacios de oportunidad real que ofrece. ¿De qué sirve proponer un diseño increíble de indumentaria o mobiliario, si no es funcional o aspiracional para los deseos de un cliente potencial? ¿Para qué invertir en un nuevo negocio gastronómico, cuando hay montones con exactamente la misma propuesta? ¿Hasta cuándo vamos a creer que las redes sociales, los influencers y sus tendencias son soluciones mágicas?

Leer el escenario junto a varios expertos, es lo que busca el Reporte, para a lo largo de 273 páginas pasearse por los diversos espacios en el mercado, los posibles obstáculos, los grandes temas que pueden ser las génesis de los conceptos de las campañas comunicacionales del año en Venezuela, y de nuestro país hacia el mundo. Este año, en que la incertidumbre económica nos aprieta a todos, tal vez sea más importante aún.

Si bien este es apenas el segundo año en que emitimos el documento como un E-Book, su primera aproximación fueron apenas 3 vídeos y 3 carruseles en mi instagram personal @samsm85, en plena pandemia a principios de 2021 y sin una calidad como la que acostumbro. Durante años vine consultando “State of Fashion” de Business of Fashion y McKinsey, una publicación anual que pretende resumir el estado de la industria de la moda en el mundo y hacer proyecciones hacia el año siguiente, respaldados en abundante data y una encuesta cualitativa propia. Comencé a preguntarme: ¿Por qué no se hablaba casi de América Latina en esa publicación? ¿Qué podría hacer la moda venezolana y otros sectores de nuestra Economía Creativa, de contar con esa data?

Aunque tal vez falten aún unos años más para contar con esa cantidad de data dura, el ir consultando estas publicaciones internacionales de diversas casas de análisis y concernientes a los otros sectores, me hizo tomar la decisión de que era necesario comenzar por algo, así toque rastrear gran parte de la información. El resultado es este libro digital, llevado a un formato lo más dinámico y visual posible para este 2023.

Tal vez sea una apuesta demasiado idealista de mi parte dedicar semanas y semanas de esfuerzo, cuando la gran mayoría de los emprendedores y MiPyMEs de la moda, el diseño, la gastronomía y la música suelen improvisar siguiendo su creatividad e instinto; vale la pena recordar que 46% de los venezolanos considera que no vale la pena planificar, según la investigación PSICODATA de la UCAB. Sin embargo, es también una inversión que hago junto a mi equipo siguiendo nuestro propósito de acompañar a creativos a hacer realidad su sueño de una marca exitosa. Es parte del impacto económico y social que podemos generar desde nuestra visión de la sostenibilidad, desde las oportunidades compartidas, al brindar orientación de valor a quien está luchando por impulsar sus negocios y proyectos con lo mínimo, mientras damos a conocer nuestro enfoque centrado en la estrategia de marca, a quienes están en la capacidad de contratarnos.

Confío que si abres mi columna con regularidad, dedicarás un tiempo a hacer revisión del E-Book, así como lo consultarás en varias ocasiones durante el año. Aprovecho además de disculparme con cada lector y el equipo de Pasión País, dado que terminar la publicación, detuvo momentáneamente el espacio de esta columna.

La Industria del Calzado: Una prueba de que solo juntos, podremos seguir adelante

Samuel Salazar Morales

El sábado tuve la iniciativa de dedicar parte de mi día “libre” a visitar la 30va Edición del Salón del Calzado de la Cámara Venezolana del Calzado y Componentes (CAVECAL). En el proceso de investigación para nuestro Reporte “Retos y Oportunidades 2023 Moda, Estilos de Vida e Industrias Creativas”, he estado investigando de manera acuciosa la evolución de las declaraciones de su actual Presidente, Tony Di Benedetto, por lo que era una oportunidad valiosa para obtener mayores insights y una visión de primera mano de lo que ocurre en el rubro.

En los pasillos del salón donde se llevó a cabo el encuentro, entre stand y stand, me encontré con esa mezcla de emociones que son ya típicas de estas ocasiones donde nos conseguimos quienes hemos decidido seguir en Venezuela: Por un lado quienes te comentan con entusiasmo y hasta con una sonrisa lo que están logrando sus empresas, mientras por otro está el empuje de quienes batallan ante un año que estiman “no será muy simpático”. Las conversaciones entre quienes ven hacia adelante, y quienes deben detenerse porque hasta algo rutinario como pagar la nómina, es un reto cargado de pasos y procesos en la Venezuela de hoy. 

Como asesor en estrategias de marca, profesor de la Academia de Moda UCAB y colaborador de este y otros medios, fui en ese rato un outsider bien recibido. Un outsider porque tal vez el diseño, las tendencias, “la moda”, se han vuelto de las últimas preocupaciones de la industria venezolana del calzado, naturalmente parte de nuestra Economía Creativa.

Le han antecedido una dura competencia contra un calzado importado que hasta abril pasado ingresaba al país sin pagar arancel o IVA, la falta de crédito para invertir, la fuga de profesionales capacitados y la fiscalización (que a mí me suena más acoso) de una infinidad de entes gubernamentales. Por ejemplo el INCES, que podría pero no está formando talento capacitado para trabajar en la industria, puede solicitar a las fábricas de calzados el que incorporen y asignen un salario a un beneficiado en sus oficinas administrativas, un personal que no necesitan; paradójicamente, el Señor Di Benedetto me comenta que él se formó como modelista de calzado allí, en los 80s cuando era el INCE (me pregunto si acaso la S es el problema). 

Si bien años de esta compleja trama, hiperinflación, falla de los servicios públicos y caída del consumo, han dejado una industria venezolana del calzado funcionando al 30% de su capacidad productiva y con 60.000 trabajadores (cuando llegaron a tener 600.000), también dejó un sector unido y en sana competencia. Eso fue lo que percibí entre stand y stand, y que confirmé al rato cuando decidí interrumpir un grupo donde se encontraban el Sr. Tony Di Benedetto (parte de la emblemática POCHOLÍN además de Presidente de la Cámara), uno de los directores de Calzados Inglese, la segunda generación de Nuzzos y “el Sr. FullTime”, como lo presentaron.

Fue la sinergia de esa conversación, la atención ante todo a los problemas comunes, lo que permitió en abril pasado y en diálogo con el Ministerio de Comercio, la eliminación de las desleales excepciones con las que ingresaba al mercado venezolano el calzado importado (en muchos casos tan barato pero como de cuestionable calidad); “no fue mucho, pero algo pasó, al menos los teléfonos comenzaron a sonar” me manifestaron. Las ventas del calzado escolar fabricado localmente aumentaron en 40%, al tiempo que CAVECAL afirma estar cubriendo el 30% de la demanda del calzado del país (cuando llegaron a cubrir el 80%). Me adelantaron la firma de la modificación del Acuerdo 28, que regula la relación comercial con Colombia, otorga algunas preferencias a nuestras exportaciones de calzado al vecino país. 

Tal vez nuestra moda emergente, pueda verse en este espejo y notar que con visión de gestión, se pueden atender y resolver los problemas comunes mientras se dejan los egos y “grupitos” de lado.

 Algo que llamó mi atención y donde de hecho pasé un buen rato, fue la oferta de materia prima, abarcando tanto cuero de origen animal como sus sustitutos sintéticos, traídos de China y con diseños/texturas más disruptivas. Variadas texturas, grosores, colores y maleabilidades de cuero de origen animal se procesan aún en nuestro país, pudiendo abarcar tanto marroquinería para zapatos y carteras/complementos, como para indumentaria. Si bien a quienes pregunté desconocen si sus procesos se adaptan a las normativas ambientales de la Unión Europea, todos me manifestaron trabajar en alianza con la industria cárnica para procesar solo pieles “ desecho de los animalitos”; algunos están ya exportando pieles semi-procesadas, lo que esperan aumentar. Con este intercambio, luego no me extrañó que varias de las marcas expositoras manifestaran trabajar con materiales de la más alta calidad, tanto nacionales como importados.

Dejé el salón del calzado con la certeza de que falta camino por recorrer para que nuestra industria del calzado sea lo que llegó a ser, pero también de que la decisión de seguir y una visión exigente están ahí para seguir la ruta. Desde el punto de vista de diseños, tal vez la oferta se adapte hoy principalmente a quienes buscamos un calzado de calidad y de líneas más clásicas. Sin embargo, espero en el futuro las condiciones y la misma visión exigente que mantiene hoy las marcas legado de nuestro calzado a flote, les permita aprovechar las ventajas de seguir siendo empresas familiares para evolucionar hacia modelos de gestión contemporáneos, donde un mercado con una competencia más justa, la exigencias de la Generación Z y la posibilidad de exportar, les lleve a colocar al estudio de las tendencias, la inteligencia de mercado y el diseño, al centro de los procesos. Como manifesté al despedirme, somos muchos buscando a aportar para resolver las problemáticas que podamos atender entre talentos y el sector privado. 

¿Todos somos unos dinosaurios? ¿A punto de extinguirnos?

Samuel Salazar Morales

Tal vez ya haya pasado al olvido cuando se publique este artículo, pero hace par de semanas todas las marcas comenzaron a transformarse en dinosaurios. Una de las más recientes tendencias de las redes sociales, del Mundo según las Kardashian dónde somos esclavos de las formas y lo efímero, al punto de muchas veces olvidarnos del fondo.

En caso uses poco redes sociales y no lo hayas visto, esta tendencia comenzó a finales de enero cuando la cuenta de Instagram @the_ai_dreams compartió unos primeros dinosaurios “disfrazados” según algunas profesiones tradicionales; como lo imaginarás ya, la cuenta publica artes creados con el uso de Inteligencia Artificial. Desde entonces, nuestros timelines de redes sociales se convirtieron en lo que parece una extraña secuela de Jurassic Park. Un nuevo uniforme, donde las marcas se pierden en un mar de más de lo mismo, siendo clones por un rato, sin importar el sector.

Una marca comunicacionalmente bien construida, no solo debe contar con una comunicación visual atractiva y coherente, sino que ello debe partir de su mismísima estrategia de negocios, siendo la consecuencia de una personalidad y tono comunicacional propio, que ayude a distinguirla frente a su competencia. La gastadísima expresión “Look & Feel”, atiende a la expresión visual de lo que la marca ES, manifestando en el diseño de nuestra web, de nuestras redes sociales o incluso de nuestro local comercial o stand, esas ideas, sentimientos y experiencias con las que conectamos de manera única con el cliente potencial. ¿Tiene claro tu marca el perfil o los perfiles de ese cliente potencial? ¿Sabes cómo, por qué y cuándo se genera esa conexión con ellos?¿Qué representa tu marca para ellos? 

Cuando nuestros CMs, agencias digitales o departamentos internos de mercadeo se montan en las olas de tendencias sin sopesarlo, este aspecto clave de la comunicación de la marca puede estarse diluyendo. No todas las tendencias o todas las efemérides, deben ser asumidas por todas las marcas; es una consideración que por simple desconocimiento o por la vertiginosidad de las dinámicas actuales, muchas veces quedan de lado. Si bien las acciones comunicacionales (como la estrategia macro del negocio), deben poder ajustarse a los cambios del entorno o posibles imprevistos, de fondo deben ser siempre coherentes con la identidad de la marca y apuntando a objetivos al mediano y largo plazo; eso dista mucha de una comunicación improvisada, que va saltando de un ruido mediático a otro, de una idea improvisada a otra, como nos ilusionan los constantes aciertos de última hora de “Emily In Paris” 

En general, las tendencias en las comunicaciones deben funcionar simplemente como marcos referenciales, que nos sirven cómo una invitación a la reflexión a la hora de comunicarnos. Más allá de la forma, que en este caso eran los dinosaurios o antes fueron los cuasi-omnipresentes memes de la canción de Shakira, vale la pena preguntarnos por qué esos símbolos o mensajes están conectando con las audiencias. ¿Es el motivo de esa conexión afín a la narrativa de nuestra marca y/o a su core business? ¿Es de hecho del interés de nuestro(s) público(s) objetivo(s) o no? Si bien las redes sociales son también una fuente de entretenimiento para sus usuarios, proveerle diversión a nuestros seguidores debe hacerse siempre llevando su atención hacia lo que somos y hacemos como marca. 

Como tampoco es extraño en la era de las redes sociales, a los días de la viralización de los dinosaurios comenzó a correr una cuasi teoría conspirativa: Estaban caracterizados con profesiones tradicionales, dado que las mismas se encuentran amenazadas de extinción en una era donde las nuevas generaciones solo quieren ser youtubers, tiktokers, “influencers”. Sea cierto o no, es paradójico que parte de esa viralización, vino en gran parte por un ejercicio poco profesional de las comunicaciones de las marcas, falencia de la cual mucho se suele acusar a estas profesiones emergentes (que bien ejercidas son valiosas, trascendentes e incluso necesarias). Más paradójico aún, es que los dinosaurios señalen con su presencia en los feeds de instagram, la posible extinción de tantísimas marcas que se piensan y comunican desde la constante improvisación.

Algunas deudas de la Moda hecha en Venezuela

Samuel Salazar Morales

La constante inestabilidad económica de Venezuela y sus inevitables efectos en una distorsión de precios, ha trastocado la relación precio-valor en todos los sectores. Eso incluye al sector moda, donde la percepción del público es absolutamente determinante. Dedico el artículo de esta quincena a mi sector de especialidad, para invitarte a que juntos reflexionemos otros factores que han colaborado con estas distorsiones en la percepción del consumidor, y que desde nuestro propio sector debemos trabajar, en pro de convertir en un futuro a la moda venezolana en parte de un crecimiento económico verdaderamente sostenible en el país. 

Eventos de ventas que cada temporada se presentan como “de moda”, han durante años mezclado sin distinción diseño emergente con bisutería y carteras de imitación traídas de China. Todo, bajo organizadores que solo buscan comercializar el stand y los sonrientes flash de validación de “influencers” y personajes faranduleros, la mayoría sin el criterio o conocimiento mínimo para separar la paja del trigo; a veces los mismos que hacen un review “gastronómico” en TikTok con un sonoro “no sé qué tenía, pero estaba sabroso”.

Un consumidor poco informado e influido por este confuso flujo de estímulos (y eso sin tomar en cuenta lo que ocurre en televisión abierta y algunas emisoras de radio), permite que ocurran descaradas aberraciones como esta:

Muchos sub-productos locales del mundo según las Kardashian, que con sus más de 10K en Instagram se ganan el cuestionable título de “influencer” y la autoridad para transformar en deseable la cultura del exceso, donde el “lujo” puede existir perfectamente sin ser consecuencia del esfuerzo o del crecimiento intelectual. Allí se justifica el atractivo comercial de pedazos de plástico que dicen ser CHANEL, tiendas en centros comerciales que se promocionan con sus prendas “GUCCI” y “emprendedores exitosos de la moda” que comercializan plagios confeccionados sin calidad.

Mientras, en la acera de enfrente (a veces literal), consigues el trabajo de talento venezolano que realmente se ha preparado para crear buen diseño, fabricando además en el país en línea con los standards internacionales, a pesar de la caudalosa corriente de retos del entorno de negocios venezolano. Quien tiene el poder adquisitivo para comprarse estas imitaciones AA+ de los complementos de las grandes marcas internacionales, perfectamente puede disponer del mismo monto o incluso menos para hacerse de una cartera de cuero de Vanessa Farina o de un bolso de moriche de Carol Leal, co-creados por cierto con indígenas warao.

Como en muchas otras situaciones conexas a nuestro sector moda, la corrección a estas distorsiones y aspiraciones trastocadas pasa principalmente por el que tengamos un consumidor educado, capaz de ver valor donde verdaderamente lo hay. Pero el lograr ese consumidor formado con mayor criterio, pasa por el que los distintos actores de nuestro sector moda sean capaces también de dar su debido valor a cada quien y a cada proceso de nuestras cadenas de valor. Es parte del trabajo de asesores de marca, PRs, estilistas, fotógrafos, periodistas, influencers y otros, ayudar a entender que hacer moda es ofrecer soluciones innovadoras a las necesidades y deseos latentes del mercado, a través de indumentaria, accesorios y complementos diseñados desde una identidad, una historia; ni hablar de la necesidad de comprender que la estrategia y la gestión, son tan importantes como los procesos creativos y que la comunicación trasciende de las redes sociales o los “PRs”. No pueden ser entendidos, comunicados, ni costar lo mismo, los productos de diseño y los de esa marca o emprendedor que no hace más que reproducir tendencias, sin importar de qué periodista o influencer sean amigos, o qué “agencia” hayan contratado para hacer de su nombre una burbuja comunicacional a punta de puro “marketing”. También es muy distinto el comerciante que importa productos terminados según las tendencias. Cada uno es válido, cada uno puede aportar valor económico al mercado, pero no pueden ser entendidos como lo mismo o llamarse “moda”. 

El educarnos y ser parte del educar al consumidor, debe ser visto como una parte esencial de nuestro deseado tránsito de un ecosistema de marcas hacia una verdadera industria de la moda venezolana al largo plazo. El fabricar en Venezuela no debe por sí solo ser un argumento para la venta, eso es chauvinismo e incluso un pobrismo patético. Pero crear verdadero diseño, fabricarlo con calidad en el país y creando valor en el país, sí. Y de eso tenemos, mucho. Vamos a informarnos con visión crítica, y a educar entre todos a nuestras audiencias.

El Gran Reto de 2023 para nuestras Industrias Creativas

Samuel Salazar Morales

Nuestro 2022 cerró con un escenario económico que no fue el que esperábamos pocas semanas atrás, planteándonos un 2023 cargado de retos para nuestras Industrias Creativas. Al fin y al cabo, la moda, el diseño, la gastronomía, la música, los espectáculos están ahí para mejorar la vida de las personas. Al no ser esenciales, son lo primero de lo que se prescinde si las necesidades apremian o la capacidad para lo suntuario, se reduce. 

Aunque así pueda sonar inicialmente, 2023 no es un año para ser pesimista, sino por el contrario, para ver hacia adelante con optimismo, y ante todo, para gestionar nuestra creatividad. Se hace más importante que nunca balancear esa “gran idea” que se nos puede ocurrir, con pensamiento estratégico y atención a los espacios de oportunidad que realmente puedan existir en el mercado. 

Si eres lector habitual de esta columna, tal vez te suene repetitivo, pero ahora menos que menos debemos concentrar esfuerzos en que nuestros negocios se orienten hacia “lo que está vendiendo”, sino más bien pensar en esos productos, servicios, diseños, gastronomía que NADIE está vendiendo u ofertarlos de una manera totalmente disruptiva, innovadora. Caracas no aguanta un local/delivery más de hamburguesas, sushi, pizzas o que mezcle todas las anteriores, por ejemplo. 

Como nos contaban los resultados de la ENCOVI, si bien es cierto que hay sectores de la población con cada vez mayor poder adquisitivo, también es cierto que es un porcentaje tremendamente minoritario. Si la respuesta de nuestro lado es con numerosas opciones para vestir y comer exactamente iguales y dirigidas al mismo estilo de vida, no estamos sino llevándolos a diluirse, a que nuestras marcas no se encaminen a ser lovemarks sino más bien amores de una noche; o hasta decepciones, si el producto o la atención al cliente no fueron lo esperado. Ahí las razones de las bajas ventas en varios de los bazares navideños que proliferaron en exceso entre noviembre y diciembre pasado, lo que numerosos emprendedores y pequeños negocios me manifestaron con desagrado.

Por otro lado, también podemos estar descuidando las necesidades y deseos de los jóvenes de la Generación Z, que en sus tempranos 20s ya comienzan a avanzar en su vida productiva y a tener una capacidad propia de consumo. Esta realidad emergente estaría abriendo un interesante abanico de oportunidades para quien los entienda y les proponga productos, servicios, experiencias que conecten con su necesidad de auto-expresión. 

Como afirman numerosos economistas, tal vez solo al cierre del primer trimestre podremos tener más certeza de cómo será el 2023 de Venezuela, entre riesgos inflacionarios y una conflictividad social latente, que vemos en los reclamos de los empleados de un aparato estatal tremendamente hipertrofiado por más de 20 años de mal manejo.

Sin embargo, la incertidumbre NO es igual a un momento para paralizarnos como pudimos hacer erróneamente en el pasado, sino por el contrario, para actuar sin temor, para buscar la forma de acercarnos, entender más y complacer a nuestro cliente potencial. En medio del ruido de las tendencias comunicacionales que todos siguen y los productos/servicios que todos venden, comencemos a hacer a nuestros negocios diferentes siendo los que más y mejor escuchan al entorno. 

Para un análisis más claro y profundo de los posibles escenarios de oportunidades para la Economía Creativa, en pocas semanas estaré emitiendo con mi equipo nuestro segundo reporte anual en la materia. Seguro lo tendrás en cuenta, así como las próximas publicaciones de esta columna quincenal y el contenido diario de Pasión País.

Regala con Sello #BienHechoEnVenezuela

Samuel Salazar Morales

Que esta sea una navidad para consumir local. 

Desde que acepté crearla, el objetivo de esta columna ha sido estimular con datos y reflexiones a quienes llevan al frente marcas en los distintos sectores de nuestras industrias creativas, así como destacar a esos emprendedores, creativos y empresarios que lo están haciendo bien. Por ello, quise cerrar 2022 listando a varios de ellos, con opciones de calidad para regalar y regalarse, además desde variados presupuestos y para diversos tipos de personas.

Recuerda que si está navidad tienes recursos para disfrutar y consumir, debes ante todo agradecer ser parte de esa minoría en nuestra desigual Venezuela de hoy; una forma de hacerlo, es estimulando a quienes trabajan con esfuerzo por crear, ofrecer empleo y sumar valor en nuestro país al producir aquí, a pesar del retador entorno. Siempre agradecer y compartiendo oportunidades.

Esperando un 2023 con más marcas venezolanas exitosas, construidas con más estrategia que con acciones efectistas, te dejo una pequeña muestra de lo mejor de nuestra moda, decoración y gastronomía; y faltan muchísimos más.

Saint Pierre Macarons 

Los mejores macarons de Caracas y del país. La marca fue creada por la valenciana Evelyn Hidalgo, una diseñadora gráfica con pasión por los postres que hizo suyo al típico dulce francés, dándole un twist venezolano con rellenos que son una explosión de sabor; los ganache del centro son el toque definitivo, LA locura. La demanda ha sido tal, que Saint Pierre está creando empleo al ampliar su centro de producción en el Estado Carabobo; su talento de atención al público además es A1, siempre VIP. Las cajitas van desde los 5 US$ (3 macarons); los consigues en Iskia Las Mercedes y @saintpierremacarons.

AmbienteNova 

Una opción innovadora para decorar y regalar en navidad. Si bien parten de macetas fabricadas en Brasil con plástico reciclado, cada arreglo de la tienda se logra con la creatividad y buen gusto de su equipo, encabezado por su propietaria Andrea Da Silva, y gracias a una red de viveros aliados. Los arreglos van de los 40us$ a los 450us$, según la maceta que elijas y el tipo/cantidad de plantas; encargalos en @ambientenova y en su tienda en la Qta. Crismeli, Av. Ppal de Chuao.

Agenda 2023 

La Academia de Moda UCAB se une a Banana Creative para crear esta agenda, hermosamente diseñada y con fotos de 12 de nuestros mejores fotógrafos actualmente. Los fondos recabados por la agenda, servirán para becar a dos talentos potenciales en la Academia, uno en la Certificación de Diseño de Moda y otro en la Certificación de Producción. Cuesta 20us$ y la adquieres a través de @modaucab

Sweet Kab 

Es una casa de postres con sabores de Medio Oriente, que sorprende con cada nueva creación. Encontrarás en ellos una reminiscencia a los dulces más tradicionales, con la presencia del pistacho o la miel, pero espera sabores más exóticos, nuevos, únicos. Puedes encontrar cajitas de regalo que van de los 10 US$ a los 44 US$, según la cantidad de dulces; los consigues en Iskia Las Mercedes y en @sweet_kab

#BienHechoEnVenezuela

Velas Aromáticas de Sonnon Home Decor 

Si bien Sonnon Home es conocido por sus bellísimos artículos en acrílico y tela para decorar la mesa, hace unas semanas presentó su línea de velas aromáticas Sonnon Fragances, que han sido la sensación. Sus aromas fueron bautizados con los nombres de Paris, New York, Roma, Copacabana y Caracas, ciudades de referencias para el equipo de la marca y cuyas sensaciones buscan evocar a través de los aromas. Sus precios oscilan entre 15 US$ y 40 US$. Las consigues en Iskia Las Mercedes y en @sonnonhome 

By Willet 

Si hay un reto siempre, es regalarle a los caballeros. A la hora de la moda, el venezolano es aún conservador y el mercado le responde con una oferta de moda muy limitada, que en muchos casos llega a ser aburrida. El joven diseñador Alberto Willet ha logrado proponer el balance perfecto para un hombre con inclinación hacia lo tradicional, pero que tampoco quiere uniformarse con el resto, que se atreve a arriesgarse con siluetas vanguardistas, a construir una identidad propia. Sus colecciones son siempre una sorpresa, al tiempo que sus prendas se confeccionan solo por encargo con las medidas del cliente; demoran de 3 días a una semana. Pantalones de 35 US$ a 45 US$, partes de arriba desde los 40 US$ y conjuntos por  70 US$ son los precios de su colección Caleidoscopio. Lo contactas por @bywillet ; si lo sigues, tendrás la primicia de su colección Atlas, que se rebela en los próximos días (y con el mismo rango de precios).

Entradas para el Cusica Fest 2022 

Si alguien viene poco a poco marcando pauta en cuanto a producción de espectáculos e impulso del talento musical venezolano, es la gente de Cusica. Luego de una exitosa edición pre-pandemia en 2019, regresan con la edición 2022 de su esperado festival, que incluye a casi 30 artistas nacionales e internacionales, así como una interesante propuesta de experiencias conexas. Un excelente regalo para amantes de la música. A desarrollarse en la USB este sábado y domingo, las entradas cuestan 80 US$ para cada día, 140 US$ para ambos y una opción VIP de 350 US$ por cada día; puedes adquirirlas en cusicafest.com

Vanessa Farina 

La diseñadora Vanessa Farina acaba de presentar su colección Mamíferas. Inspirada por su propia maternidad, lleva la fauna a indumentaria y complementos, traduciendo en las siluetas de vestidos, pantalones y kimonos las formas de tigres, elefantes y jirafas; sus estampados son una obra de arte. Sus precios van de 50us$ por una pañoleta pequeña, hasta 400 US$ por las carteras de mayores dimensiones. ¿Mis favoritas? Las carteras mini estampadas, que cuestan 170 US$. La encuentras en su tienda en el Piso 1 del CC Paseo El Hatillo y en @vanessafarinav . Pronto la colección sumará camisas para ellos, y la línea inspirada por las perezas.

Angelica Rivera 

¿Qué más navideño que una pijama? La valenciana irrumpió en Caracas gracias a sus versiones estampadas de estas prendas, que además de causar sensación entre ellas, han sido también del gusto de los caballeros más arriesgados. Si bien son el emblema de su marca homónima, vale la pena voltear la mirada a las espectaculares prendas de lino de su línea Sastrería ByAR, donde destacan los conjuntos de pantalón con bralette (al menos para mi gusto). Estos conjuntos cuestan 210 US$, mientras que las pijamas van de los 70us$ en adelante. La consigues como @by.angelicarivera y en ambas sedes de Iskia, Las Mercedes y Altamira Village.

Bordados Brunet 

Laura comenzó en pandemia con este emprendimiento, que destaca por la creación e intervención de indumentaria y complementos con hermosos trabajos de bordado a mano. Este savoir faire lo aprendió de su abuela, quien en los 80s y 90s llegó a bordar vestidos diseñados por grandes nombres del acontecer caraqueño de entonces, como Guy Meliet. Sus precios parten de sus emblemáticos broches, desde los 50us$. La contactas en @bordadosbrunet

Medusa Is a Boy 

Con la promesa “accesorios hechos a mano para sacar la mejor versión de ti”, esta marca ofrece collares, zarcillos, anillos y aros para la nariz de una estética sumamente delicada, pero no por ello menos llamativos. Me atrevo a decir que es la única marca venezolana de accesorios comunicando desde un concepto genderless, sin limitarse por las ideas tradicionales de género. Perfectos para personas con inclinaciones artísticas, más aún si son jóvenes de la Gen. Z; desde los 3 US$ consigues con ellos un detalle bonito para regalar. Los contactas en su instagram @medudaisaboy

Valentina Gordon 

Con dedicación, buen gusto y una conversación constante con sus clientas, Valentina Gordon ha venido construyendo su marca homónima de manera coherente, con la elegancia y atemporalidad que promete. Sus diseños son versátiles, transformables y con opciones para diversas tipologías corporales. Muy en tendencia, su nueva colección Synesthésie se caracteriza por prendas y looks principalmente unicolores, dominando el rosado, morado, amarillo y naranja; sus piezas van de los 180 US$  a los 400 US$. La consigues en Iskia Las Mercedes, y puedes acudir a su showroom en el CC Galerías Sebucán para pedidos personalizados.

Mayela Sain 

Nada mejor para cerrar con broche de oro, esta lista y el año, que la propuesta de irreverencia y comodidad de Mayela Sain. Con looks ideales para descorchar el espumante este 31 de Diciembre, Mayela se dirige a una mujer divertida y segura de sí misma, sin que ello se traduzca en mostrar demasiada piel; por sus siluetas, algunas de sus prendas pueden ser también del gusto de algunos caballeros. Presentó hace pocas semanas su colección “Retro Surrealismo”, en la que experimenta con estampados geométricos y una paleta de colores neutros.  Con prendas desde 90 US$, la consigues en ambas sedes de Iskia y por @mayelasain ; pregunta por el rack de colecciones anteriores, que hay sorpresas y a precios especiales.

Industrias Creativas y Desigualdad Social: ¿Parte del problema o de la solución?

Samuel Salazar Morales

La apertura de nuevas tiendas, aún más restaurantes y la locura que desató la versión criolla del Black Friday, parecen haber sido los temas de conversación por estos días. En las redes sociales y con mucha menos pasión, en el mundo real, cara a cara.

Y es que la apertura de nuevos oasis de consumo de alto nivel, pareciera contrastar con los retos del día a día y con los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), presentados hace unas semanas por la UCAB. Los hallazgos de la investigación nos hablan de una Venezuela que sale poco a poco del foso económico, pero con una mayoría de la población que si bien recupera capacidad de consumo, permanece empobrecida. También nos muestra una sociedad más desigual que el año pasado, donde la brecha de ingresos entre el que más tiene y el que menos tiene, se ensancha.

En ese escenario, la existencia de una tienda con prendas de vestir sobre los US$ 800 o de un restaurant gourmet con salas privadas, parece no ser más que el caldo de cultivo para el resentimiento y las acusaciones hacia el posible origen de los propietarios de los nuevos negocios, y/o sus clientes potenciales. Sin que ello signifique hacerse la vista gorda ante la impunidad, mi invitación hoy es a sacar la cabeza del debate estéril de Twitterzuela, a intercambiar experiencias con personas fuera de tu círculo social y a mirar hacia las oportunidades que puede haber en medio de esas transformaciones que vive nuestro país.

La moda, la gastronomía, la decoración, los espectáculos y el resto de nuestras Industrias Creativas, hacen vida en ese espacio de consumo de quienes tienen sus necesidades básicas cubiertas, y pueden pasar a cubrir sus deseos emocionales. Construimos nuestras marcas sobre lo intangible tanto como sobre lo tangible; inexorablemente nos dedicamos a quienes tienen la posibilidad de vivir, y no solo de sobrevivir al día a día. 

Sin embargo, hacer posible nuestras marcas y sus productos y/o servicios, pasa también por la creación de empleo y la generación de bienestar, justamente en esos sectores de la población que hoy luchan por salir adelante en medio de la adversidad. ¿Sabías que la polémica nueva tienda de Las Mercedes creará unos 1200 puestos de trabajo, y con salarios presuntamente por encima de la media? ¿Te has preguntado si esa marca local que te encanta y que es tan sonada, confecciona sus prendas compensando de manera justa a su personal de costura? ¿Cómo son los horarios del personal de cocina y servicio de ese restaurant premium que está tan de moda? ¿Sabes cuántas marcas producidas localmente tienen un canal de ventas físico gracias a tu tienda de decoración favorita? ¿Has conversado con el personal del delivery o con el chofer de tu app de traslados de confianza, sobre cómo la sharing economy cambió sus vidas? ¿Te haces estas preguntas antes de decidir dónde gastar tu dinero?

Seguramente lo tenga más claro el pequeño emprendedor que el inversor del restaurante colgante de Altamira (al que sigo sin encontrarle valor alguno), pero las marcas hoy se construyen sobre Oportunidades Compartidas, brindando empleo, formación para el trabajo productivo y otras formas de empoderamiento a quien hoy no las tiene, mientras busca cumplir sus expectativas económicas presentes y futuras. En esta creación de valor en las cadenas de producción y comercialización en el país, radica hoy la verdadera “redistribución de la riqueza”; bien al frente de una marca o como un consumidor exigente, es lo que está en nuestras manos. Ahí está parte de la solución a esa desigualdad tan peligrosa, que hoy es resentimiento y mañana puede transformarse en una inseguridad rampante que vaya contra nosotros mismos.

Si algo nos recordó el caos del Black Friday, es que por esta época del año la posibilidad de consumir se amplía a más sectores de la población. Sea cual sea tu poder adquisitivo, te invito a que antes de cada compra o consumo esta navidad, te preguntes sin con ella estás creando bienestar y oportunidades para otros, además del dueño de la marca. También es parte de la sostenibilidad y de hacer país.

¿TODO ES CULPA DEL MISS VENEZUELA?

Samuel Salazar Morales

Es incuestionable su legado positivo, al dejarnos décadas de mujeres talentosas y con perfiles sumamente diversos. Desde la siempre vigente Maite Delgado hasta mi querida Jairam Navas, cuya voz es capaz de vender arena en Coro, pasando por Judith Castillo, tan exitosa frente a las cámaras y micrófonos, como en su carrera como abogado especialista en Propiedad Intelectual. Ni hablemos de luchadoras sociales como Vanessa Peretti, o de Irene Sáez, tan consagrada como Alcalde de un Chacao utópico, que llegó a ser presidenciable. 

Pero a pocos días de una nueva edición del certamen, quise escribir este artículo no para destacar todo el legado positivo del concurso en tantísimas áreas, sino para llamar a la reflexión, uno de los principales objetivos de esta columna. ¿Te has preguntado cuáles han sido las consecuencias para nuestro sector moda de calificar al desfile en traje de gala del Miss Venezuela, como la principal pasarela del país?

Es un tema que ha surgido espontáneamente en diversas conversaciones durante las últimas semanas, en distintos grupos de profesionales del sector moda con quienes he tenido el gusto de reunirme. Aunque pocos se atrevan a decirlo públicamente, la verdad es que muchos coincidimos en que la respuesta a la pregunta no es precisamente positiva.

Es mi percepción y la de muchos, que el Miss Venezuela ha fijado en el inconsciente colectivo del venezolano una idea equivocada y por demás passé, de lo que realmente es “moda” y lo que podría representar para nuestro país el que nuestro sector se convirtiera en una verdadera industria. Estamos hablando de la que ha sido durante décadas la emisión televisiva más vista del año en el país, mostrando como “moda” una seguidilla de trajes fantasía, construcciones absolutamente imposibles de pedrería y estética barroca, que lucirían fuera de lugar incluso en muchas bodas y celebraciones de alto nivel. Además, descritas año tras año de la manera más rebuscada posible, con textos del injustamente encarcelado Roland Carreño o que el difunto Graterolacho pudo haber perfectamente publicado en su semanario “El Camaleón”. Y todo ello, sin contar los incontables plagios a diseñadores como Zuhair Murad o Elie Saab que año tras año desfilan por esa “pasarela”.

En la moda internacional, la fantasía que generan las líneas de Alta Costura o Couture con sus desfiles, es tan solo la locomotora que impulsa reputacionalmente a los diseñadores y sus marcas. El verdadero negocio, la rentabilidad, se busca con líneas Prêt-à-Porter o Difusión/Puente, que representan producción en serie y por tallas para públicos más amplios, o más aún, con las lucrativas licencias, que permiten a terceros producir perfumes, maquillaje o lentes con el nombre de la firma. Lo mismo ocurría con los otrora shows de Victoria’s Secret y sus “Fantasy Bra”, sostenes de más de un millón de dólares que eran mostrados solo para potenciar lo aspiracional de prendas de US$ 25.

En contraste, son poquísimos los casos de nombres impulsados por la “pasarela” del Miss Venezuela que han trascendido de sus líneas de vestidos hechos a la medida, como los chicos de Maison Voyage, que han traducido de manera magistral su estética a prendas un poco más cotidianas, o como Giovanni Scutaro con su línea Ready-To-Wear, hoy a cargo de su socio Luis Jiménez; Ángel Sánchez tuvo aquel intento maravilloso de línea difusión que fue CONCEPTO para tiendas BECO, que a pesar de sus increíbles diseños tuvo una vida muy corta (intuyo que la calidad de los textiles utilizados para la confección no estuvieron a la altura o no se percibían como tal; si alguien conoce la historia en detalle, me encantaría conocerla).

La moda hoy es un fenómeno socio-económico, que habla de “el momento” que se está viviendo a nivel cultural y por lo tanto, de aquello que las personas buscan expresar de su identidad o incluso de sus deseos, a través de las prendas de vestir, accesorios, complementos, maquillaje, peinados, etc. Ello crea una industria amplísima, que pasa por comprender “el momento”, a los públicos objetivo, diseñar, producir, comunicar y comercializar, generando empleo y bienestar en perfiles profesionales igualmente amplios, desde el personal de confección hasta los cool-hunter. La moda está presente en todas las ocasiones de la vida cotidiana y puede expresarse en una simple T-Shirt o una blusa en siluetas con leves innovaciones, en una falda o pantalón de corte clásico confeccionados con un textil experimental, en unos zapatos de un color irrepetible… ello trasciende de un juego de brillos, “faralaos” y kilos de laca y maquillaje, eternamente casado con la farándula local, y a veces atrapado en códigos estéticos del pasado. Si bien puede seguir siendo la respuesta para el modelo de negocios de algunos diseñadores, la moda hoy sale del pequeño atelier/taller, para tejerse hacia extensas cadenas de valor, globales; el diseñador limitado a la clienta que lo visita para que le confeccione un vestido para una ocasión especial, fue algo que se quedó en los años 50s.

Afortunadamente son cada vez más los nuevos profesionales del diseño y emprendedores, que están sembrando con sus marcas las semillas que podrían transformar nuestra moda, con propuestas dirigidas a diversos tipos de públicos y para distintas ocasiones, con capacidad de exportación y además entendiendo la necesidad de estructuras productivas que le permitan construir modelos de negocio escalables y económicamente sostenibles. En contraparte, también quedan algunos empresarios con una importante capacidad productiva instalada, que voltean hacia las oportunidades que comienzan a resurgir en el mercado y hacia ese ese mismo talento emergente.

Si bien poco de ello pasa por tener al Miss Venezuela como inspiración o conexión, el crecimiento de nuestro sector hacia una industria, también requiere que los distintos actores de nuestra sociedad (instituciones, gremios, entes gubernamentales, sector financiero, público general) nos tomen en serio, que entiendan el impacto potencial de una moda pensada y producida en Venezuela (al menos parcialmente), para el crecimiento del país. Y para ello, es importante que exista una diversidad de “nombres” de referencia para el Siglo XXI, como en su momento lo fueron Meliet o Clement, pero también Tropicana, Selemar o Montecristo. Tal vez nos ayude el que “el Miss” pasa hoy por cambios de equipo y formas, pero mientras no tengamos consciencia de la necesidad de trabajar por estos avances desde nuestra moda, el sector podría seguir preso entre “columnas bañadas con cristales de Swarovski” y frente a un mercado donde lo extranjero se sigue percibiendo como mejor, donde Dolce&Gabbana, una firma tan mal vista entre los expertos internacionales del área, sigue siendo de las marcas internacionales que más facturan en Venezuela.

Así Comienza la Innovación y el Emprendimiento en las Industrias Creativas

Samuel Salazar Morales

Hace unas semanas, cuando estábamos en los preparativos del lanzamiento de la nueva plataforma digital de DB GROUP Venezuela, tuve el gusto de unirme a una conversación tan informal como clave, que terminó motivando este artículo. Para preparar el evento con el que presentamos la novedad, tuve el gusto de presentar a nuestro equipo con el de Wave Tech Hub. La conexión entre su Launch Manager Otto Ballabén (Arepa Music, Vicepresidente de la Academia de los Premios Pepsi, parte del equipo de la conferencia BIME Pro en Venezuela, etc) y nuestro Director Freddy Da Rocha fue maravillosa, tal como se esperaría de dos profesionales constantemente preocupados por ver más allá y mantener sus negocios e iniciativas a la vanguardia.

Otto le comentaba a Freddy que aquella innovación que estaríamos presentando, estaba entendiendo algo importantísimo: La lógica de los negocios y el mercadeo ha cambiado de manera irreversible. Diríamos muy en criollo que “se volteó la tortilla”. Tradicionalmente tus cadenas de valor como negocio partían de una idea de producto y/o servicio, que buscabas hacer posible y luego mercadear a un público objetivo. Actualmente ese público objetivo es el punto de partida, y la comprensión constante de cómo evolucionan sus necesidades y deseos latentes forma una parte esencial del proceso de creación de nuevas marcas, nuevos productos y/o servicios. Y no es algo tan nuevo. Desde hace más de una década, las redes sociales comenzaron a dar la posibilidad a ese consumidor de ser un prosumidor, un co-creador, de no ser solamente receptor de los mensajes de las marcas sino de contestarlos en esa “plaza pública” que pueden ser los comentarios de sus publicaciones o el timeline de Twitter; esa conversación online constante, se convierte además en data cualitativa y cuantitativa que podemos aprovechar desde las marcas.

Y si, si me lees siendo un profesional de cualquier área de las comunicaciones, todo esto suena a obviedad. Pero la verdad es que muchas veces parece que esto poco se ha entendido y traducido en procesos en nuestras Industrias Creativas.

Los diseñadores, particularmente lo del moda, muchas veces parecen seguir atrapados en la disyuntiva de si lo que hace es más arte que diseño, entre si sus productos/servicios son parte de su propia auto-expresión o deben ser una herramienta para la auto-expresión de su cliente potencial; lo mismo puede pasar en nuestro music business (porque si, en algunos casos la música puede ser muy parecida a un producto de diseño). Siguen surgiendo propuestas gastronómicas basadas en “lo que está vendiendo”, y no en espacios vacíos de oportunidad. No se habla suficiente de “estrategias” para las marcas, pero mucho de su “comunicación” o de “cómo ser exitoso en redes sociales”. Se crean nuevas marcas, nuevos productos y/o servicios a partir de una idea para luego ver cómo Instagram y unas cuantas acciones comunicacionales lo llevan a quienes creemos que van a comprarlo. Se usan nuevas herramientas, pero gestionadas con la lógica de hace más de 20 años atrás y deslumbrados por “la sociedad del espectáculo”, buscando una notoriedad muchas veces efímera en ese entorno casi imposible de definir, que periodistas y profesionales de las comunicaciones seguimos llamando “el medio”.

Si reunimos esto con un entorno macro-económico dramáticamente retador y con una visión de los negocios que en muchos casos sigue siendo cortoplacista, podremos encontrar muchas de las razones por las cuáles en las industrias creativas venezolanas son contadas las marcas con historias que superan los 10 años, hasta los 5 años. Incluso si revisamos los programas de los institutos de diseño o de gastronomía, cuna de futuros talentos, notaremos el poco peso que tienen en sus programas las materias dedicadas a negocios y emprendimiento, menos aún con contenidos especialmente adaptados a las dinámicas propias de la economía creativa.

Tanto como conocer nuestro perfil creativo, nuestras ventajas/diferenciadores frente a la competencia y otros factores que dan forma a los modelos de negocios de nuestras marcas, el comprender cómo se está comportando la segmentación del consumidor local y sus distintos nichos, es absolutamente clave cuando estamos creando una nueva marca o innovando dentro de una ya existente. Colocar en el centro de nuestros procesos a la conversación constante con nuestros clientes, es esencial para incluirlo en la concepción de nuestros diseños y para gestionar nuestra creatividad, orientándola hacia lograr marcas exitosas.

¿Perdiendo el “Cool-Factor”?                                                                                                                           

Estrategias y Riesgos en el Crecimiento de las Marcas

Samuel Salazar Morales

Cuando hablamos de marcas en las Industrias Creativas, por lo general nos estamos refiriendo a negocios cuya Propuesta de Valor parte no solamente de beneficios tangibles y funcionales, sino principalmente de beneficios intangibles. Seamos completamente honestos, la verdad es que quienes trabajamos en moda, decoración, las distintas ramas del diseño o gastronomía, creamos productos y servicios que hacen mejor la vida de nuestro público objetivo, pero que no son absolutamente esenciales para su subsistencia o vida diaria.

Aunque no siempre lo tengamos concientizado, cuando decidimos ir a comer a un restaurant o cuando queremos comprarnos una prenda de ropa de una determinada marca, lo estamos haciendo porque nos estamos identificando con un estilo de vida y valores específicos, no solo porque se adaptan a nuestro presupuesto o a la silueta de nuestro cuerpo. Tal como una de las máximas de ventas de Joe Sugarman, el deseo de pertenencia es un motivador clave para que el cliente potencial siga su impulso y haga sonar nuestra cajita registradora. Expresar quienes somos, hacernos sentir parte de un grupo social o distinguirnos de él, está entre las principales funcionalidades emocionales que pueden ofrecer las marcas de moda y estilos de vida.

En los últimos meses, me conseguí con la sorpresa de que dos marcas locales de indumentaria han decidido ampliarse y abrir dos contundentes tiendas en uno de los centros comerciales más masivos de nuestra ciudad de Caracas, luego de identificarse desde su nacimiento con grupos sociales más reducidos y pertenecientes a clases sociales de buen poder adquisitivo. Si bien desconozco la estrategia detrás de esta decisión (suponiendo que la haya), desde el momento en que vi el aviso de PRÓXIMAMENTE en los locales, no he dejado de preguntarme si en efecto tiene sentido, sobre todo recordando varios casos de marcas venezolanas (incluso franquicias de comida) que al ampliarse no lograron otra cosa que volverse comunes, y en algunos casos, terminaron desapareciendo. Perdieron su “cool-factor”.

Aunque pueda interpretarse como clasista en nuestra muy desigual Venezuela de hoy, la verdad es que una marca bien construida y bien comunicada, no debe ser para todo el mundo. Ello no implica necesariamente consideraciones de poder adquisitivo como en estos casos que conversamos, sino de nichos de mercado, con los que la marca debe comunicarse siempre en positivo (de manera explícita o implícita, debemos decir “mi marca es para…”, nunca “mi marca NO es para…”). Y es que estas marcas de las que hablamos, se han construido además alrededor de estilos de vida muy claros, que parecen desdibujarse en el pasillo de un Centro Comercial tan concurrido. ¿Qué pensarán o sentirán esos clientes recurrentes de siempre, cuando vean a otros individuos que no se parecen ni se comportan como ellos, vistiendo la misma ropa? ¿Seguirán sintiendo que la marca es parte de la realidad del grupo social al que pertenecen o quieren pertenecer? ¿O por el contrario, irán en busca de nuevas prendas y marcas para distinguirse de él? Vale recordar aquella ocasión en la que, en su momento de apogeo, Abercrombie&Fitch decidió pedirle expresamente a uno de los infames miembros del elenco del reality “The Jersey Shore” que NO vistiera sus prendas.

Tal vez esté yo muy equivocado y haya en efecto una estrategia muy bien planteada, proyectada a futuro, para que estas dos marcas estén apuntando a crecer de esta manera. Probablemente sus nuevas tiendas funcionen como un outlet, ofrezcan una nueva línea de productos un poco más masiva o por el contrario, al mantener un promedio de precios “elevado”, apuntan a que no haya una modificación sustancial en el perfil de sus clientes. No lo sé. Pero prefiero dudar y aprovechar la oportunidad para invitar a nuestros lectores a que nos cuestionemos juntos.

En lo particular, considero que para estas marcas que poseen un cierto grado de exclusividad, hay otras formas en las que pueden hacer crecer sus negocios:

–          Desarrollando una nueva línea de negocios. Cuando nació, TARBAY se dedicaba solamente a los accesorios, para luego incorporar una robusta línea de complementos, y más recientemente, indumentaria.

–          Creando una marca subordinada, como en el caso de Fresh Fish, que ahora también tiene Fresh Fish Express, con una oferta más orientada hacia la comida rápida con smash burguers.

–          Llevando el estilo de vida de la marca, a otros sectores de la Industria Creativas. Así como FENDI o Gucci tienen también cafés y Louis Vuitton una línea de muebles, la venezolana Valentina Gordon lanzó el año pasado una línea HOME, con individuales para la mesa y cojines.

Probablemente el cuestionamiento vaya más allá, y debamos apuntar a preguntarnos si para seguir innovando y estando a la vanguardia en el mercado, las marcas deben apuntar siempre al crecimiento constante de sus negocios. Pero ya eso es tema para mucho más que otro artículo. En este caso, no dejo de pensar en aquella cita del infernal pero brillante káiser de la moda, Karl Lagerfeld: “Estar de moda, es el último paso antes de ser ordinario”.

Entrevista a Ana Díaz: Pasión y Equipo detrás de los Premios Pepsi

Samuel Salazar Morales

A propósito de la 10ma Edición de los Premios Pepsi, quise conversar con Ana Díaz, su Productora General. Egresada como Socióloga de nuestra Universidad Central de Venezuela (UCV), Ana tiene una amplia trayectoria detrás de los escenarios: A lo largo más de 20 años de carrera, se fue convirtiendo poco a poco en la referencia que es hoy cuando de producción de eventos musicales se trata. Su preparación, tanto formal como empírica, es tan solo un ingrediente en la fórmula para su éxito, donde los protagonistas parecen ser su dedicación apasionada y ese “soft-skill” tan determinante que es saber constituir equipos de trabajo. Varias veces durante nuestra conversación, Ana me aclaró que actualmente no encabeza una compañía productora, sino que arma equipos flexibles de profesionales, según el proyecto de evento a ejecutar. Y basta con pasearse por su instagram, para comprobar que esto le ha permitido abordar de manera exitosa eventos de distinta índole, como las siempre comentadas Pijamadas de Amor Propio.

Siendo la Producción de espectáculos un eslabón tan clave para el crecimiento de nuestra música, una de nuestras Industrias Creativas con más potencial a desarrollar, quise conversar con Ana de varios temas adicionales a su trayectoria y a los Premios Pepsi. Su diagnóstico de nuestra escena local, su visión acerca del “boom” de conciertos y sus consejos para el talento emergente, también son parte del intercambio de ideas que leerás a continuación.

1.- ¿Dónde comienza Ana Díaz como productora? Coméntame un poco de tu trayectoria

Comencé a los 18 años de edad en la producción de eventos; ya en 5to año pensaba en lo que quería estudiar y hacer. Hago el curso de Nuevas Bandas y al comenzar la Universidad, hago mi primer evento con ese conocimiento, pensé ponerlo en práctica. Invité a Félix Allueva (del Festival Nuevas Bandas) a que viera este primer evento y desde entonces, por 12 años, trabajé de manera ininterrumpida para la Fundación y formándome allí, siempre ha sido mi escuela. Parte de lo que soy lo aprendí allí.

Más adelante formo una compañía con Carlos Gutiérrez Ríos, Director Técnico, que se llamó Camp Producciones. Hicimos eventos maravillosos, que estaban siempre innovando, fue cuando hicimos conciertos en la (Plaza Alfredo) Sadel, festivales en Pto. La Cruz y en Caracas. Iniciativas muy fuera de la caja y vanguardistas para aquel entonces. El país nos afectó, éramos una compañía muy pequeña y mantenerla de esa forma era muy complicado; cada quien agarra vuelo en sus áreas, pero seguimos vinculados.

Actualmente, al asumir el trabajo de Productora General, que es en lo que me he enfocado en los últimos años, el gran reto es ser como una titiritera moviendo hilos o una directora de orquesta (salvando las distancias), llevando la batuta para armar equipos de trabajo y saber quién es bueno en qué, para un proyecto específico. Tengo personas permanentes en el equipo, fijos, por ejemplo Mariel Gorrín. Ya son años viendo maneras de trabajar y teniendo la intuición sobre la que esa persona puede rendir en determinado proyecto; todos tenemos diferentes cualidades y talentos, de lo que podemos ser capaces. El trabajo de Producción va por ahí, tener la intuición sobre dónde colocar a cada quien.

2.- ¿Cuáles han sido tus eventos más emblemáticos?

Yo siempre debo ser muy agradecida y recordar que yo viví una muy buena época de la industria, donde se hicieron muchos conciertos, vino mucha gente a Venezuela. Si bien están volviendo, esa era una época que se notaba, que una marca apostaba por un evento o que venía un artista que vino una vez y no ha vuelto más al país. Trabajé con Alan Parsons o James O’Toole o Vicente Fernández, por decir nombres grandes.

Sin duda, las ediciones del Festival Nuevas Bandas que eran tres días en los espacios abiertos del Teatro Teresa Carreño o el que hicimos en el estacionamiento del CCCT, que vino Enrique Bunbury. Los Premios Pepsi en toda su evolución, que ya vamos a la 10ma Edición. Y uno que puedo destacar, que nunca había hecho algo así, fue Desorden Público en Petare; fue como un checklist de algo que no me imaginé nunca que iba a hacer.

3.- ¿Y el evento que ha sido tu mayor reto? ¿El que ha sido tu mayor satisfacción?

Ay amigo, no lo sé. Ayer por cierto en una reunión de trabajo me decían que me llamaban para el proyecto porque sabían lo apasionada que era con los eventos; cuando algo te apasiona viene toda la entrega. Un evento de por sí es estresante, te pone nervioso, cuando no sientes esas mariposas en el estómago, no es por ahí. Es la emoción que te da lo que realmente te apasiona.

Creo que el evento que más satisfacción me da o que más, tal vez aún no lo he hecho, porque todos me llenan, me dan un aprendizaje. Pensar que ya lo hice todo, no. Yo quisiera hacer mil cosas, se me ocurren eventos por segundo.

4.- ¿Y ese evento que te hizo llorar? Que tuviste que parar, sentarte y llorar para luego poder seguir.

Los eventos tienen esas dos cosas, que te llenan, pero también tienen esa parte. Cuando no tienen ambas, carecen de todo, porque es como ah bueno, se hace y ya. Pero ese evento que constantemente te reta, por presupuesto, por condiciones externas que siempre dependes de un tercero, climática porque lo haces en la calle, etc. Lo Premios Pepsi, por ejemplo, es un evento retador, porque es un concierto, con un programa de televisión, con una logística importante, con una alfombra azul. Son muchos eventos en uno. Pero también es un evento que te da muchas satisfacciones cuando sientes que estás contribuyendo a la industria; comencé en Nuevas Bandas y mi especialidad han sido los eventos musicales.

5.- Ahora sí, conversemos un poco sobre los Premios Pepsi. ¿Cuándo comienza tu relación con ellos?

El primer premio fue en 2012 y tengo la fortuna de haber estado desde esa primera edición. En aquel momento recibí una llamada de Ramón Castro que me invitó a formar parte de los premios y por ser la primera vez, no tenía funciones muy definidas; yo hice en aquel momento algo que hoy hace una compañía de protocolo, que es recibir a los artistas, ya ni me acuerdo. Igual las muchachas terminaron haciendo otras cosas, apagando fueguitos, en lo que se necesitara.

Luego paso a asumir una coordinación, luego a ser asistente de la Producción General y por circunstancias, luego de 3 o 4 años, asumo el cargo de Productora General. Primero fui protocolo, luego coordinadora de bandas (que es una coordinación que aún existe, como ”Coordinación de Performance”), luego pasé a la asistencia de Producción General y luego a ser la productora (general). 

Algo que yo siempre le digo al equipo es que aprendes con cada evento, siempre te vas a estar nutriendo con cada uno. Pero una filosofía que tengo es que si le pido a alguien hacer algo es porque yo ya lo hice, sé que va a ser capaz de hacerlo. Y si no lo he hecho, lo vamos a aprender a hacer juntos. Yo no tengo ese ego de no explicar, le digo al equipo que pregunte.

En el caso de los premios, es un evento que va mutando y se va adaptando a las necesidades, irlo perfeccionando y adaptando a las necesidades que tenemos en cada edición.

6.- ¿Hay algo que quieras destacar especialmente de esta 10ma Edición?

Sin duda, quiero destacar el crecimiento de un proyecto, de ir a una 10ma Edición, lo que no es común, esa continuidad. La terquedad, en el buen sentido, de la marca de creer en su proyecto y apoyar a la Industria musical.

Todas las ediciones son retadoras. Este año, una de las tantas cosas para mí, es volver a hacerlo en vivo luego de los 2 años de pandemia, que tuvo que adaptarse a hacerlo digital, con otros recursos que se pusieron al servicio durante la pandemia. Están esos nervios de que todo sea en vivo, tener al equipo alineado para sacar ese reto adelante. Otra de mis máximas de trabajo es que el éxito de un evento es el trabajo en equipo, aunque yo puedo ser la cara visible de un proyecto. Me ha tocado tener la marca personal, para darle al equipo esa visibilidad, para darle el valor que es. Los reconocimientos son siempre para el equipo que lo hace posible, no soy yo sola.

7.- ¿Cómo ves a nuestro sector musical? ¿Qué tenemos, qué nos falta para crecer?

Creo que en realidad ese diagnóstico tiene como varios aparte. Definitivamente no tiene que ver con el talento, aquí hay talento para tirar para el techo, Venezuela es musical. Una de las primeras cosas es que nos lo tenemos que creer y otra es el público, que debe entender que el músico es una profesión, es un trabajo debe ser remunerado. Si pagamos una entrada por un artista internacional, cueste lo que nos cueste, también podemos apoyar nuestra industria pagando un cover en un local, que a veces son 5 dólares y nos parece una fortuna. Es nuestro talento, debemos educarnos como público. Cuando llamamos a la radio y pedimos que nuestro artista suene, más allá de la moda o la industria.

Luego, mejorar las condiciones de los artistas, para contratarlos. Pasa mucho que esa mística de trabajo, esa pasión, se convierte en signos de dólar y vendes al artista sin preocuparte de que tenga un buen sonido, que haya un buen lugar, que lo vas a atender bien en camerino.

Esta industria crecerá a medida que todos los actores involucrados pongan su granito de arena. Los productores, los gerentes de las radios, el público, el mismo artista que se preocupe por hacer un buen show para mostrar a su público. Es una suma para que terminemos de crecer. Nos comparamos con México, Argentina, Brasil y no es una cuestión de nombres, que si hay unos mainstream, pero nosotros tenemos también nuestros nombres y el crecimiento se palpa.

8.- ¿Podrías darme tu opinión del actual boom de conciertos?

Este es un tema en el tapete, como antes hablábamos no sé, de la cola de la gasolina. Yo como parte del gremio y como persona natural, puedo tener una apreciación de lo que ocurre, pero más allá de eso, si hubo una industria que estuvo golpeada durante la pandemia fue la industria cultural y que tenga ahorita un renacer, necesitamos también que la cultura sea como ese oxígeno necesario. Pienso que también ha reactivado la industria, desde el proveedor de la planta eléctrica, la comida, los equipo de trabajo de producción, proveedores técnicos, la seguridad, las barreras.

Hay de todo. Todos los eventos van a salir, uno (como productor) decide a qué costo. Recientemente hubo show donde el público comentaba la presentación espectacular del artista, pero también la logística ausente. Son el tipo de cosas que hay que rescatar en este boom de eventos. Está bien que tengas el músculo para organizarlo, pero no olvides al público, que es quien paga la entrada para disfrutar de ese concierto. Si no le das las comodidades mínimas, porque lo estás sacando de su casa, no lo estamos haciendo bien. Yo siempre he dicho y lo sostengo, que a mí me ha funcionado, es que debes pensar cómo público; la experiencia no puede ser solo ver al artista que te gusta, sino que desde que tú sales de tu casa, si vas en carro lo vas a poder estacionar, si vas al baño va a estar en buenas condiciones, si voy a comprar algo voy a tener opciones para comer, qué sé yo. En esa medida podemos dar un buen servicio al consumidor.

9.- Y para finalizar, ¿qué consejos le darías al talento emergente? Tanto a quienes quieren dedicarse a la producción, como al talento musical que a veces se siente solo.

Puede que seamos pocos. Y bueno, con la pregunta anterior, también tenemos pocos lugares para que la gente se presente, que se improvisan, pero tenemos poca infraestructura para conciertos, muy poco; tenemos un Poliedro Caracas o un Centro BOD con un aforo muy pequeño, los extremos de lo grande o lo pequeño.

El consejo es que si esto es lo que realmente les gusta, hay un camino increíble a recorrer con sus altos y con sus bajos. Yo estudié Sociología y encontré en esto lo que me apasiona, en lo que puedo aportar. Es importante que aprendas a pensar como público y tener sentido común, es algo vital.

Para el artista musical, igual tiene que moverse por un talento, por una pasión, que no abandonen, es encontrar el equipo de trabajo ideal para tu proyecto. Las personas están allí y es cuestión de entender el contexto en el que estamos. Es un trabajo de hormiguita. Sí, hay fenómenos, pero también caducan, y los que perduran, pues hay un trabajo ahí.

Quiero agradecer especialmente a Ana por hacer un espacio en su movida y cambiante agenda para compartir su experiencia y conocimiento conmigo, así como a mi querida Mariel Gorrín por ayudarme con mucha paciencia a que el encuentro fuera posible. A ambas, por escuchar un rato mis ideas y experiencias luego de que grabamos la entrevista; seguramente en una próxima oportunidad habrá muchas más ideas y logros para compartir, acompañados de nuevo de esos croissants que estaban memorables (si quieres saber cuáles, revisa mi artículo anterior).

A Ana Díaz la consigues en Instagram con el usuario @anadiazproductora .  Y si estás leyendo esta entrevista hoy miércoles 21 de septiembre, los Premios Pepsi se transmiten esta noche a las 7:00pm desde el Teatro Teresa Carreño, a través de Televen y también desde el canal de YouTube “Pepsi Venezuela”.

El café “MÉMÉ By Eric Martin” una pasión creativa sincera

Samuel Salazar Morales

El café “MÉMÉ By Eric Martin” acaba de cumplir dos semanas de abierto en La Cuadra Gastronómica de Los Palos Grandes, y sin duda, ya es el nuevo “It Place” de la zona. Ubicado en el local que anteriormente era el Restaurant Yakitory, en MÉMÉ se resume una propuesta gastronómica pensada desde la identidad de su creador y una pasión creativa sincera, pero también desde una visión estratégica que apunta a llenar con innovación espacios vacíos en el mercado, una ecuación que debería ser mucho más común en los sectores de nuestras Industrias Creativas; no es “un emprendimiento” más pensado desde lo que ya está vendiendo. Agrega a la fórmula un rango de precios sumamente amplio (con aprox 5 US$ meriendas un croissant y un café), y todo suena a un éxito predecible. 

Pero llegar a la propuesta de este local, pasa por casi 10 años de historia y esfuerzo continuado de Eric Martin, formado originalmente como Diseñador Industrial en el Instituto de Diseño de Caracas. Inicialmente motivado por el simple deseo de comer pan sin hacer largas colas para comprarlo (en medio de uno de los tantos capítulos de nuestra novela macroeconómica), Eric descubrió en la panadería un oficio que se le daba muy bien.  De allí vinieron años de experimentar, de compartir su conocimiento con otros, de aprender de expertos nacionales e internacionales y finalmente, de un gran fracaso, producto de una sociedad que parece haber sido todo, menos equitativa. El resultado estrella es hoy un croissant en una diversa gama de rellenos dulces y salados, que el día de mi visita la reconocida diseñadora de interiores Sigrid Jelamby (quien tuvo la oportunidad de vivir unos años en París), no temió en reconocer como el mejor de Caracas; basta con ver las reacciones “a primer mordisco” de quienes visitan MÉMÉ, para hablar de un veredicto unánime.

Por cuestiones de agenda, pasé unas cuantas horas en MÉMÉ luego de realizar la entrevista que leerás a continuación. Además de un intercambio de ideas maravilloso con Hugo Londoño @huguito , asesor de la marca en estrategias digitales, puede evidenciar la ajetreada dinámica comercial del recién inaugurado local y más aún, el liderazgo de Eric con su equipo, hoy conformado por 15 jóvenes: Directo, sincero y con la efectividad de quien exige sin miramiento alguno, pero desde el ejemplo y la humanidad.

1.- ¿Puedes contarme de tu formación y trayectoria como Diseñador Industrial? Ahí hay un punto importante de lo que hace tan especial a tu propuesta.

Cuando me gradué del colegio estudié la carrera que quería papá, que era ingeniería mecánica. En el quinto o sexto semestre me di cuenta que nada que ver, y de ahí pasé al Instituto de Diseño de Caracas, donde me gradué como Diseñador Industrial de 2do en mi promoción. Eso sí era. Cuando nos vamos a lo que estamos haciendo ahorita hay mucha creatividad y diseño, desde el local hasta los productos que salen de la cocina. 

2.- ¿Y de tu trayectoria como diseñador, qué hitos o proyectos podrías destacar?

Mi primer trabajo como diseñador fue en el departamento de arquitectura de CAPUY, estuve ahí por mucho tiempo e hicimos todo el Diseño Interior de las Trinitarias en Barquisimeto, de las oficinas de la Torre Canaima para Movistar, hicimos todo Movistar, hicimos Bancaribe. Esos proyectos fueron los más importantes y todavía están, mantienen hasta los muebles. Luego de CAPUY comencé como Gerente de Mercadeo de Mercury® de Venezuela, que es la marca de motores de lancha y estuve con ellos aproximadamente año y medio; casi el 80% delas lanchas del país tenían Mercury®. Luego pasé a una cosa muy distante a lo que quería hacer, estuve administrando una obra muy muy grande en Guarenas, y ya ahí comienza el tema gastronómico. Me casé, teníamos una cocina espectacular por estrenar, ninguno de los dos cocinábamos demasiado y habían colas para comprar pan; eso fue por 2012. 

3.- ¿Querías alejarte del Diseño Industrial, del mercadeo, de lo que había sido tu vida profesional hasta el momento?

No, no y nunca lo abandoné al 100%, algún trabajito sale por ahí y se hace. El negocio familiar había que cuidarlo inicialmente, pero no me daba chance de hacer todo al mismo tiempo. Cuando entramos al tema de panadería era por resolver el tener pan sin hacer cola. Pero, resulta que entre todas las cosas que he probado en mi vida, esta es una que se me da muy bien y quiero ser el mejor, es algo muy competitivo, pero contra mí mismo. Además mi esposa es perfeccionista; cuando comenzamos a hacer croissants, la reacción era que no salían como en las fotos. Me propuse preparar dos masas al día hasta que me salga, algo tenía que pasar, pensaba que seguro lo que me faltaba era experiencia. Y no salían y no salían, cambiábamos una cosa y no salían, por meses. Sin embargo, a raíz de una cuenta habíamos creado en instagram (que hoy es @ericmartin.me ), me llama @DoctoraPan y me dice que estaba lanzando un Diplomado avalado por la UCV y quería mi ayuda con las masas hojaldradas, porque estaba viendo lo que hacía y le parecía que estaba muy bien. Luego de varios contratiempos, voy a dar mi clase, los profesores eran ella y Gabriel @elcapipanadeiro. Al día siguiente los dos se sientan conmigo y me dicen “Eric, tú estás hecho para hacer esto, enseñas muy bien, las masas funcionan muy bien, vamos a apoyarte”. Para entonces tendría 200 seguidores en Instagram. “vamos a apoyarte en lo que tengamos que apoyarte, pero tienes que lanzar un taller tuyo”. Lanzamos el primer taller y vendimos 3 cupos, pero de ahí más nunca se frenó, porque esos 3 trajeron otros 3, traían 3 más. Seguían saliendo talleres, nos estaba yendo muy bien con eso, hasta que la cosa comenzó a cambiar cuando alumnos venían a ofrecernos montar un negocio. Yo no quería sacar a la calle el croissant todavía, porque a pesar de que estaba muy bien, no estaba como lo quería vender, ni cerca, eso no me lo iba a quitar nadie de encima.  

Mi esposa me sugirió montarme en un avión a España y descifrar qué pasaba, qué era lo que faltaba. Buscamos un profesor y encontramos uno que nos gustó muchísimo: Un sueco que iba a Barcelona a dar un curso, justo el año que había quedado de segundo en un concurso mundial en Francia. Barcelona me salía relativamente económico por la familia que tengo allá. Hice ese taller de croissants, descubrí lo que me estaba faltando y aparece otro venezolano muy muy talentoso que se llama Alejandro Guerra, él se puso conmigo a enseñarme una temporada; él es de Maracay, le habían expropiado sus panaderías y terminó en Londres por esa época (ahora está en Barcelona). Es uno de los expertos del hojaldre, maestro de maestros. Con esta experiencia me vine para acá y ahí si dije que tenía un producto que se podía vender, y que además, no hay en el mercado. No solo tenemos un producto que es brutal, sino uno que tiene un nicho totalmente masivo, inexplorado, inexplotado y quien quita que explotarlo salga bien. Ahí si vino la emoción de montar un negocio. Lo primero que hicimos fue montar una escuela; me había llevado una sorpresa con esta súper estrella de la pastelería, el taller era una cosa pequeñita, como todo en Europa, un hornito, una neverita y ahí estaban montando un taller de clase mundial, con gente de Jordania, de Egipto, de Chile, de México y de Venezuela conmigo. Al volver pensé en montar algo exacto, que no era inalcanzable, si nos buscábamos a alguien que invierta y buscamos traernos a esa gente. Pero la cosa fue avanzando. Con los talleres fuimos generando una base de seguidores, fue una vitrina, pero ya teníamos una base de clientes. Entonces hicimos de los alumnos hacia arriba, ahora la idea era hacerlo así, hacía el cliente. Salimos de ese primer local y con la idea de montar un local más grande, más bonito, pero fue un desastre, un desastre catastrófico, no por falta de ventas sino por la dinámica interna con quienes nos asociamos. Salimos con mil golpes, pero también con mil aprendizajes. De ese segundo local si salimos a la calle, en este punto sin plata, sin nada que invertir, cuando nuestros vecinos del anterior local nos ofrecieron este local. Ellos pretendían dejarlo, pero era la 6ta Transversal de Los Palos Grandes, 400 mts2; al final este local logramos montarlo mi esposa y yo solos, con ayuda de la familia y con la condición de no tener socios en este espacio.

4.-¿De dónde viene la influencia francesa? ¿Lo decidiste por la relación hay entre Francia y nuestra gastronomía desde el Siglo XX?

Cuando generamos una visión de lo que queríamos hacer, mi esposa y yo volvimos a las raíces. Una parte de mi familia es catalana y la otra es francesa, que son dos grandes capitales de la gastronomía. Pero además yo soy venezolano de pura cepa, yo nací aquí y este es mi país, de aquí nadie me saca, nunca. Pensamos cómo juntar todas esas raíces. En principio el nombre MÉMÉ sale del diminutivo de abuelita, la nonna, la yaya, pero en Francia. Mi abuela es mémé, mi mamá es la mémé de mis hijos. Basándonos en esa raíces, vimos que teníamos el nicho, que teníamos la historia que siempre ha estado ahí, tenemos el producto que es impresionante sin lugar a dudas ¿Habrá el mercado? Cuando tú ves que abrieron 70 tiendas de hamburguesas este año, hay un mercado para eso, pero hasta dónde va a llegar. Esto no lo había probado nadie y decidimos hacer el intento. La reacción ha sido espectacular, ni en nuestros más hermosos sueños lo que ha pasado aquí en MÉMÉ. 

5.- Y si tuvieras que ponerle una fecha, ¿en qué momento comienza MÉMÉ?

Arranca en septiembre u octubre de 2021, cuando comenzamos a notar lo que ocurría con el socio anterior y sabíamos que teníamos que salir de ahí. Fue ahí que comenzamos con lo que deberíamos comenzar todos los que comenzamos un negocio de este tipo: Más que buscar un nombre que me suene lindo, irnos a la historia, porque todos tenemos una historia detrás, y que puede afectar de manera positiva a la marca, que en este caso además lleva mi nombre abajo. Nos fuimos hacia atrás, cuando pensamos en cursar un taller de panadería, cuando para entonces vivíamos con 150 dólares y un taller costaba 600, que era una locura. Luego llega la mémé y me pregunta si yo no iba a hacer un curso de panadería, yo le digo que sí, pero que estaba carísimo y yo estaba comenzando una familia. Su respuesta fue “anda nene, que yo te lo pago”; igual luego me pregunta sobre el curso de croissants y cuando le digo que ese es mucho más caro, su respuesta fue la misma. Ella me pagó el curso. Al irnos hacia atrás, descubrimos que tenemos este storytelling, tan bello. En aquel momento nadie sabía que iba a terminar siendo un negocio, pero (su apoyo) fue el punto de quiebre. No había otra opción, MÉMÉ como nombre tenía todo lo que necesitaba para ser una marca importante y es un homenaje en vida; cuando llega la mémé y se sienta acá, se ilumina la sala.

6.- ¿Cómo crees que se expresa tu formación como Diseñador Industrial y tu background profesional en MÉMÉ?

En que todo está calculado y todo tiene millones de pruebas allá atrás. Me niego a caer en el círculo vicioso de que la gente viene la primera vez y todo está delicioso, vuelves a los 6 meses y ya no te gusta. De eso vienen las pruebas de esta semana, el entremet de Baileys que te comiste, y el de mango, que desde febrero estamos haciendo pruebas con él; la idea era que estuviera tan bien montado, no solo en el plato, sino que tuviera un proceso bien calculado. Para nosotros es clave que los ingredientes pudiéramos conseguirlos en el mercado siempre, que no existiera nunca la posibilidad de bajar la calidad y que se calculara bien el precio. Mucho de lo que pasa es que los locales abren, no hacen bien su cálculo de costos y luego tienen que optar por bajar los costos o subir el precio; lo que normalmente hacen es bajar los costos y en calidad de ingredientes. Yo preferiría aumentar el precio y explicarte las razones. Hoy es la 10ma prueba del carpaccio, y es con una carne que curamos nosotros. 

Y en una cocina como la nuestra todos deben ser estrellas, o que uno pueda olerles las ganas de querer ser estrellas. Para serlo en este mundo, hay que arriesgar mucho.

7.- ¿Qué es hoy que es lo más vendido? Dentro de los croissants y en las propuestas que no son croissants

Hoy lo más vendido de los croissants es el de huevos benedictinos, que nunca me lo imaginé. Luego el croissant plain y luego el croissant de almendras. Cuando comenzamos a rellenar croissants, pensamos en rellenos que marcaran la diferencia y qué más que unos huevos benedictinos que cuando lo cortes, chorree como tiene que chorrear. Eso llevó cajas y cajas de huevos de práctica.

En lo que no son croissant, el tema con los choco-mémé ha sido una locura. El de Baileys nunca ha estado en exhibición más de 5-6 minutos; en principio los entremets no iban a ser un fuerte y no tengo suficientes moldes, tuve que encargar más; salen y se venden mucho. Cambiamos un poquito el tema de los ingredientes, como que en lugar de usar crema chantilly de pote usamos nata de verdad, de leche de vaca. Son postres que son livianos, que te puedes comer cuatro y no pesan, vas a estar bien. Poca azúcar. Es un comentario que se repite mucho, que se comen todo eso y no es empalagoso. Así es que deben ser esos productos. Y es que lo más empalagoso que tengo es el croissant de nutella, que lo demandó el público. 

Todo lo hacemos en la casa y todo va con mis gustos de azúcar, calculado al nivel que la gente sale muy satisfecha.

8.- Y sobre la identidad gráfica y el diseño del local. ¿Quiénes se encargaron?

Ahí entra mi esposa. Cuando vimos que teníamos un producto con raíces francesas y catalanas, pensamos cómo podemos llevar eso a una frase y ella escoge algo como “francés irreverente”. Encontramos una foto de la película de María Antonieta con Kirsten Dunst, que era literalmente el poster; en esa imagen estaban los 8 colores que usamos hoy en el branding. Fíjate la cantidad de colores que tienes en el local y no te sientes avasallado. 

En ese mismo plan, ya puedes violar algunas normas (en la cocina). Se están por ejemplo haciendo ahorita pruebas de cocina de un pastel de hojaldre, que es como la oreja de manzana tradicional, pero con morcilla carupanera. La morcilla ya está aprobada, la estamos haciendo aquí. Cuando pruebas ese pastelito, ya estás mezclando las raíces francesas con mis raíces venezolanas, y eso irá pasando con muchas otras cosas. Estamos tratando de hacer postres con maíz, opciones que nos permitan ser lo más irreverentes posible.

9.- ¿Cómo es el modelo de negocio actualmente? ¿Qué planes hay para crecer?

El plan es crecer y todavía no sé de qué forma vamos a crecer. Tampoco es secreto ya, en octubre deberíamos estar abriendo en el Sambil Caracas un modelo de negocios que se llama PETITE MÉMÉ, donde vas a tener los croissants, las opciones más pequeñas. Vas a llegar, te llevas tu bolsita como que estuvieras comprando unas cotufas.

Ha habido muchas ofertas, las había cuando estábamos cerrados y hay más ofertas ahora que abrimos, que se nota el movimiento. Pero teniendo ya una experiencia pasada, si bien no le cierro la puerta a ninguna, estoy abierto, estamos claros ahorita que la decisión es nuestra. Para PETITE MÉMÉ si estoy asociado, pero lo vemos en plan de showroom, a ver qué tal funciona, con una oferta muy reducida y donde todo se va a producir aquí mismo, para no comprometer la calidad o la marca.

10. ¿Algo que quieras destacar para cerrar?

El 80% de los productos que van a estar en vitrina dentro de dos semanas, no se los ha comido nadie, a menos que haya ido a Francia a comer. Va a estar muy interesante. Ahora es que voy a sacar lo de verdad WOW, que puede ser la misma masa del croissant, tratada de manera diferente para obtener resultados que te abran los ojos y la boca cuando digas “qué bueno está esto”. Aquí vas a poder venir a almorzar, a cenar. 

            Aunque con los croissants de Eric Martin podamos pensar primero en lo dulce, su propuesta va hacia aumentar las opciones saladas en el menú. En mi última visita me comí un Croissant BLT, con una tocineta o panceta hecha en casa, que estaba increíble; en paralelo seguían perfeccionando uno de salmón.  

¿Nos vemos pronto en MÉMÉ? Tengo la tarea de probar el demandado croissant de almendras, así como el exitoso entremet choco-mémé; eso antes de que crezca el menú.  El café está en instagram como @memecroix , donde consigues el menú actual con sus precios, así como a Eric lo consigues como @ericmartin.me, principalmente para información sobre cursos.

Tendencias en las Industrias Creativas: De la producción a la comercialización

Samuel Salazar Morales

De la marca venezolana Garzez.

Hablar de tendencias, trasciende de publicaciones alrededor del tema en redes sociales o en medios dedicados a los Estilos de Vida. Desde nuestras Industrias Creativas, es importante comencemos a entender a las tendencias como proyecciones de los posibles deseos de consumo del mercado, y por lo tanto, como potenciales guías para los procesos de nuestras cadenas de valor. Siempre pensando desde nuestras identidades de marca y público objetivo, nos invitan a evaluar qué productos producir o importar, qué insumos necesitaremos para nuestra próxima colección o lanzamiento, cómo adaptar nuestros servicios, qué novedades incorporar a nuestra Propuesta de Valor, etc.

Entendidas tradicionalmente como coincidencias cuasi espontáneas del gusto colectivo, las tendencias se terminan resumiendo en aquello que en un momento determinado queremos vivir: Las prendas que queremos vestir, la estética que queremos en la decoración de nuestros hogares o que inconscientemente esperamos conseguirnos en un local comercial, las propuestas gastronómicas que aspiramos consumir, etc. En la moda, la decoración, el diseño o la gastronomía, las tendencias son formas, colores, texturas, sensaciones.

Marca de muebles portuguesa Boca Do Lobo Studio. Excentricidad y formas orgánicas se combinan en el Diseño

En un mundo cada vez más globalizado e interconectado, proyectarlas pasa por entender su origen en el momento cultural, en el “zeitgeist”: Así como la inspiración de creativos y diseñadores, los deseos latentes del consumidor se crean en las ideas que rondan en el inconsciente colectivo, tanto global como de su entorno inmediato. En los contenidos que consume en Instagram y TikTok, tanto como lo que ve en las calles de nuestras ciudades. En la serie que todos están viendo plataformas digitales, como en la oferta comercial y gastronómica de su mall de confianza. En la música que escucha en plataformas digitales, tanto como en las ideas que se discuten en los programas de radio que suele sintonizar. ¿A qué aspira el público objetivo de tu marca? ¿Lo conoces bien en lo cualitativo o solo lo tienes segmentado por factores socio-económicos y demográficos?

            En el mundo, las tendencias de las Industrias Creativas hoy parecen encontrar su origen en ideas que oscilan entre el hedonismo de la post-pandemia y el pesimismo de un futuro incierto, además de la atención colectiva a temas como la sostenibilidad, el multiculturalismo y las nuevas potencias culturales, la inclusión a la diversidad en sus distintas formas, la salud mental, etc. Mientras la interconectividad hace que estas ideas se traduzcan en tendencias concretas cada vez más numerosas y con frecuencia efímeras en la moda, el diseño y la gastronomía, en Venezuela tenemos el reto de entender desde la iniciativa privada el cómo están evolucionando los distintos nichos de mercado y sus marcos de referencia éticos y estéticos, en paralelo a la constante transformación de nuestra desigual realidad socio-económica.

Tejidos a mano en los diseños de Yenny Bastida

            Lo que sin duda debe llamar la atención de nuestras Industrias Creativas locales, en particular de la moda y el diseño, es que la comprensión contemporánea de las tendencias y su origen no solo se vuelve esencial, sino que acentúa la necesidad de una mayor comunicación entre nuestro superviviente sector industrial y sus canales de comercialización, para permitir una respuesta mucho más ágil a las demandas del mercado y una mejor planificación de los procesos productivos. Junto a la construcción estratégica de marcas mejor pensadas y comunicadas, es la única forma de competir con esa avalancha de indumentaria, calzados, accesorios, elementos de decoración, muebles y otros bienes de consumo final importados, que siguen ingresando al país sin el debido pago de aranceles, lo que nuestro gremio industrial ha seguido reclamando de manera justa.

Academia de Moda UCAB: Una Mirada Interdisciplinaria al futuro de la Moda en Venezuela

Samuel Salazar Morales

El 7 de Mayo fue la primera vez que pisé los espacios de lo que hoy es la Academia de Moda de la Universidad Católica Andrés Bello (o ADM UCAB, para quien prefiera los acrónimos). Aunque ya tenía varias semanas enterado de su próximo lanzamiento, fue ese día cuando finalmente varios de los primeros profesores de la Academia nos encontramos formalmente IRL con su Directora, Vanessa Farina, y su Coordinadora Académica, Ana Lugo. Tal como les comenté al terminar ese encuentro, todo el planteamiento detrás de la propuesta y su oferta académica inicial, superaron con creces mis expectativas. Desde unas Industrias Creativas que deberían aspirar a convertirse en creadoras de bienestar y desarrollo para Venezuela y América Latina, hace mucho tiempo que era necesario que nuestra moda comenzara a verse a sí misma desde ese enfoque INTERDISCIPLINARIO que sustenta a la Academia: Diseño, Oficio y Gestión.

ADM UCAB Una mirada interdisciplinaria al futuro de la moda en Venezuel

Y si algo más superó luego las expectativas, fue la respuesta del público al lanzamiento de la Academia unas semanas después. Si bien lo anticipaba el que los estudiantes de la UCAB se detenían a pedir información desde el mismo momento en que se colocó el aviso corpóreo en la puerta, la viralidad de la noticia en redes sociales ocasionó una avalancha de interés, solicitudes y hasta sugerencias sin precedentes.

A mes y medio del comienzo de las clases en ADM UCAB, era buen momento para conversar con su directiva y conocer un poco más del tras bastidores del naciente espacio. Vanessa Farina es Licenciada en Ciencias Administrativas (mención Banca y Finanzas), diseñadora de modas egresada del Instituto Brivil de Caracas y Máster  en  Diseño  de  Modas  por  la  Escuela  de  Diseño  y  Artes  Visuales  (LCI)  de Barcelona, en España. Ana Lugo es psicóloga graduada de la Universidad Rafael Urdaneta (URU) en Maracaibo, y se ha desempeñado como Directora Creativa en proyectos de enseñanza, creatividad y diseño.

¿Por qué la UCAB decide apostar a esta iniciativa? ¿De dónde surge el planteamiento?

Vanessa Farina (VF): La UCAB lo colocó en su plan estratégico 2021-2022. Ellos vienen haciendo un estudio de lo que está demandando el mercado, hacia donde van las formas de educación en el mundo y decidieron insertar estas tres categorías: Moda, E-Sports y Gastronomía. Se dieron cuenta que son tres sectores demandados y quisieron hacerlo a través de Diplomados, productos cortos, siguiendo la inmediatez que pide el mercado. Decidieron innovar tanto a través del modelo de educación, como en áreas de conocimiento no-tradicionales. 

Creemos que es un espacio importante para la moda y más viniendo de un centro de estudios como la universidad. Eso le da una potencia, al abrir una visión integral del diseñador, porque le permite a la Academia nutrirse de otras carreras ya consolidadas. Permite ver las aristas de negocios, legal, sociología, periodismo, finanzas, etc.

Con Vanessa Farina (izq) y Ana Lugo (Der)

Ha transcurrido mes y medio desde que comenzaron las actividades en la Academia. ¿Qué han aprendido? ¿Se encontraron con algo que no esperaban?

Ana Lugo (AL): Si bien no es algo nuevo, se ha afianzado mucho más el que debemos tomar en cuenta el feedback de los estudiantes, para robustecer mucho más todo el plan académico, hacerlo mucho más fiel a la demanda que existe, a las necesidades que tienen. Es algo hemos reafirmado.

VF: Esto es un ser vivo, hay que estar constantemente en evolución, en crecimiento, en cuestionamiento no desde la crítica sino buscando la mejora. Yo siento que era un espacio que se esperaba, la gente quería que esto sucediera. Hay como la sensación de tener un lugar al que pertenecer. Hemos sentido a los estudiantes emocionados, en el caso de la Certificación (de Producción de Moda) están súper entusiasmados con todo el tema práctico. En el caso del Diplomado de Diseño, nos piden mucha más práctica, dibujo, color. Hay mucho deseo de estudiar moda, pero también de aplicarlo, dentro de la inmediatez, la rapidez; un conocimiento que yo puede poner en práctica. Muchos estudiantes ya han hecho como intentos en la moda y queremos que los proyectos que de aquí salgan puedan ser posibles.

…y de las sorpresas?

Ambas: Llenar todos los cupos, la alta demanda.

AL: En tan poco tiempo, hacerlo posible con la receptividad que hubo. En tan poco tiempo y con tan pocas personas. Fue algo que cuando lo vimos, nos sorprendió bastante. Todo el programa que se ofreció en el lanzamiento era bien robusto, ambicioso.

VF: Y se consolidó en tres meses.

Espacios Academia de Moda UCAB

AL: Fue clave tener mucho compromiso, no solo hacia transmitir la enseñanza, sino hacia que esta fuera de calidad, verdadera, profunda, genuina. Lo teníamos muy presente.

Hemos hablado varias veces de los programas cortos y la inmediatez. ¿Creen que en general vamos hacia que predominen los programas de formación cortos?

VF: Vamos hacía que hayan muchas opciones que se adapten a las necesidades de cada individuo. Más allá de pronosticar, creo que vamos hacia la diversificación: Debe existir la carrera, los programas cortos, los cursos, las masterclass, la posibilidad diversa de que adquieras conocimientos hacia tus necesidades. Algo que nos ha parecido valioso es la diversidad de edades que tenemos en los programas, y eso lo permite la duración temporal de cada uno; eso forma parte del enriquecer la experiencia.

Fue algo también me llamó la atención durante mis clases. 

Ahora hablemos de ustedes. ¿Recuerdan cuándo surgió su amor por la moda?

AL: Siempre me ha atraído mucho la imagen en sus distintas manifestaciones, y el estudio de la imagen entendiéndola desde la psicología, desde el arte, desde la danza y posteriormente desde la moda. Diría que fue a partir del momento que dije me quiero vestir de esta manera, expresar verdaderamente ese mensaje que yo quiero transmitir, desde que decidí conscientemente lo que iba a vestir; fue en la adolescencia, como a los 12 años. Cuando lo empiezo a conscientizar como un estudio, como algo en lo que yo quiero aportar, pienso que fue una vez termino psicología y comienzo a hacer pasantías con una diseñadora de modas, comencé como su asistente.  Ella comenzó a enseñarme sobre su trabajo y luego comencé a conceptualizar para ella, a darle ideas para colecciones. Fue un trabajo muy de exploración. Luego se vuelve más formal cuando comencé a trabajar como estilista de cabello en producciones de moda, trabajé con una blogger que se llamaba Nina Lodato y con ella siempre estuve rodeada de creativos talentosos.

VF: Tuve una fascinación desde pequeña. Era mi juego favorito vestirme, disfrazarme, los colores, las telas. Incluso mis primeros pasos fueron pensar que quería actuación, aunque hoy lo entiendo como una búsqueda de la expresión. Mi amor por la moda está muy ligado hacia el expresarse: Querer expresarse a través de piezas funcionales que te ayuden a decir quién eres, de alguna manera.

Terminé estudiando administración en banca y finanzas, pero siempre yendo a galerías de arte, sesiones de fotografías, salir con cámara en mano, investigando desde lo intuitivo tejidos, sumergida en revistas. Eso fue formando ese amor que siento que siempre ha estado ahí, irlo decantando o depurando en el tiempo. En el camino me he encontrado con personas maravillosas, he trabajado para marcas venezolanas, tengo mi propia marca, tuve la oportunidad de hacer un post-grado afuera y trabajar con una diseñadora. He ratificado que esta es la industria que me gusta, que es este el mundo que me gusta y quiero seguir en muchas aristas. Por eso soy parte de la Academia; más allá de un proyecto propio, me llama mucho la atención dejar un legado, que mi país tenga una industria, que haya más posibilidades, que el diseño venezolano se puede exponer mucho más. Surge esa necesidad de ver en qué puedo apoyar para crear industria. Tengo un afán personal que se entienda cómo es esta industria, que va desde el individuo, la expresión, que hay códigos de armonía, belleza, que está ligada a los códigos de emoción de los seres humanos, un ADN, una originalidad. Que se hable de moda en Venezuela con esos atributos.

¿Y cómo creen que sus perfiles profesionales marcan el enfoque de la Academia?

AL: La distinción clave es la interdisciplinariedad, entender que la moda no está aislada, no es una isla aparte. Está dentro de nuestro día a día, es un lenguaje con el que convivimos diariamente. Es clave que por el lado de Vane haya tenido toda esta experiencia como administradora y tenga además todo este gran talento, afinidad por el arte, que luego se profesionalizó en el área de la moda. Esa diversidad de estudios es clave.

En mi caso entender que desde la psicología y otras vertientes creativas, se puede generar enseñanza hacia el propósito de la Academia. Entendemos que esta educación puede ser mucho más dinámica, vinculada a lo que ocurre actualmente, debe ser moderna, creativa, innovadora.

VF: Para nosotros esa palabra interdisciplinariedad es clave. Toda la diversidad que podemos transmitir. Queremos verlo más allá del diseñador, como un diseñador también integral, capaz de entender todas las aristas necesarias para que su proyecto tenga un propósito y trascienda en el tiempo. Actualizado, moderno, global, de calidad, con profundidad.

Entrada de la Academia de Moda UCAB

¿Y qué han percibido de la respuesta de los Institutos de Diseño que ya ofrecían formación en moda?

VF: Hemos visto la receptividad de los estudiantes de otras escuelas al ingresar a la Academia. Soy fiel creyente de cuanto más surjan escuelas, proyectos, eso nos hará mejorar a todos, va a permitir ampliar la cantidad de perfiles que se necesiten para la Industria de la Moda. Incluso para la reflexión: Siempre pensar qué estamos haciendo, qué estamos dejando, cómo estamos formando la mente de la persona que estamos formando. Son preguntas deben hacerse las instituciones que desee impartir conocimiento en la moda, de manera se vea traducido en proyectos, en beneficios para esa persona y el país.

AL: Cuanta más oferta haya, más se internalizará en el país que esto existe. Será el mejor síntoma del cambio.

Más allá de la Academia, ¿podrían decirme cómo creen que está cambiando el sector moda en el país?

VF: Estamos aportando nuestro grano de arena por ese cambio, que siento que se verá a futuro, aún falta. Hay mucha creatividad y expresión en nuestra moda. El hecho de que nuestros países vecinos tengan tan buena industria, nos ha golpeado y nos ha permitido visibilizar nuestro entorno. Programas como LAF (Latin American Fashion Summit) comienzan a visibilizar y la empresa privada enfoca la mirada en lo que significa la moda, le da crecimiento. Los cambios son paulatinos, hay que comenzar a sembrarlo y la educación está dando pasos en ese sentido.

AL: Es importante como existe actualmente una gran masa de jóvenes que son muy pero muy expresivos. La expresión de lo que ellos quieren ser, nos ayuda mucho y aporta a la moda en sí. Cuando ves esta expresión de jóvenes que se rebelan, que se muestran como quieren ser, ahí hay un mensaje importante que se está comenzando a tomar en cuenta, está creando un comercio, negocios. Y es a nivel mundial. En Venezuela no estamos exentos, contamos con las redes sociales que son una ventana al mundo.

¿Qué llamado o reflexión final harían?

VF: Que la moda es posible, desde donde estén ubicados. Es posible voltear la mirada y convertirla en algún emprendimiento, algún negocio, alguna inversión en la moda. Hoy en día todos están invitados a esta mesa a dialogar y fortalecer esta industria.

Más allá de su maravilloso enfoque interdisciplinario, ADM UCAB tienen otros factores que la convierten en una potencial fuente de cambios hacia la construcción de una industria de la moda en Venezuela. Aunque mis clases hayan sido ocasiones muy puntuales, me encontré con grupos de estudiantes muy diversos, tanto en edades como en ideas y orígenes sociales. Además (como llamaron mi atención dos estimadas amigas del sector en la apertura formal de la Academia), es imposible olvidarse de la realidad del país en el que estamos, cuando estudias moda teniendo una vista panorámica a las zonas populares que rodean a la UCAB. Confío que los hoy estudiantes tengan siempre presente que el 90% del país es así, y que una moda que se entienda como industria, tendrá la capacidad de transformar esas realidades, tanto con productos y servicios, como a través de los procesos productivos que los hacen posibles, creando empleos dignos y bienestar.

La Academia de Moda de la UCAB se encuentra en el Piso 1 del Edificio Cincuentenario de la Sede Montalbán de la universidad. Puedes ver sus próximos programas en el instagram @modaucab y en su website https://moda.academiasucab.com

CREACIÓN DE CONTENIDOS, INFLUENCERS Y ÉTICA

Samuel Salazar Morales *

Es innegable que estamos en una Venezuela marcada por la desigualdad. De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida en Venezuela (ENCOVI) 2021, un 94,5% de los venezolanos viven en condiciones de pobreza por ingresos, con 76,7% en condiciones de pobreza extrema. En la investigación Encuesta Nacional de Juventud (ENJUVE) 2021, también de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), el porcentaje de los encuestados con una titulación universitaria o técnica cayó de 30% a 19% entre 2013 y 2021, con solo entre 15 y 20% de los jóvenes entre 18 y 24 años inscritos en un centro educativo; 37% de los jóvenes sufre de doble exclusión, al no estudiar ni trabajar. Sumemos a ello una calidad cuestionable de la educación, con un deserción docente de alrededor del 50% en la educación básica.

Si bien es una situación que no podemos resolver por completo desde el sector privado, incluso cuando abre un escenario lleno de oportunidades compartidas alrededor de la formación en oficios (potencial tema para otro número de esta columna), es también una realidad latente en la que la comunicación de nuestras marcas puede influir, tanto de manera positiva como negativa.

A raíz del primer número de esta columna, en una entrevista radial con Gladys Rodríguez y Humberto Sánchez Amaya surgió la pregunta alrededor de los YouTubers y los creadores de contenido, que en efecto pueden considerarse una parte de nuestra Economía Creativa. Y en una parte que hoy es esencial cuando hablamos de la comunicación de las marcas, frente a la omnicanalidad, el auge del streaming y la necesaria reinvención de los medios de comunicación tradicionales. Los YouTubers, streamers de Twitch, Instagrammers y TikTokers son marcas personales, que partiendo de su creatividad crean contenidos específicos para sus redes sociales. Algunas veces porque así lo buscaban y otras tantas porque así ocurrió, se convierten en referentes para sus audiencias, pudiendo incluso influenciar en sus decisiones a la hora de comprar un producto o servicio. Si, se vuelven “influencers”, incluso con sus propios modelos de negocio a la hora de ofrecer sus servicios para conectar a marcas de todos los tamaños y sectores con sus seguidores.

Pero lo clave en una realidad como la venezolana, es que además de medios de comunicación en sí mismos, esos influencers son personas que se vuelven REFERENTES sociales, que se ven validados cuando nuestras marcas deciden trabajar con ellos y construir alrededor de su imagen realidades aspiracionales. Su éxito los convierte en modelos a seguir para esas generaciones de jóvenes millennials y centennials que se entretienen con ellos a través de las redes sociales, que muchas veces no cuentan con las oportunidades de educación y empleo mínimas deseables, que luchan día tras día para alcanzar bienestar y oportunidades para sí mismos y sus familias.

Tener una óptica verdaderamente sostenible cuando gestionamos nuestras empresas y marcas, implica tener ética y responsabilidad con los impactos ambientales, económicos y sociales que causamos en cada paso de nuestras Cadenas de Valor, incluida la comunicación. Y si me preguntan, considero que en una situación como la que vive Venezuela, y que en cierto grado se repite en muchos países de América Latina, el impacto social debería ser la prioridad para nuestras marcas. Aunque vivir en el vertiginoso mundo de hoy nos haga olvidarlo, cuando elegimos un influencer para nuestra marca, podemos estar causando un impacto social más importante del que concientizamos, con consecuencias que van mucho más allá de nuestras ventas. Aunque sería maniqueo reducirlo a una dicotomía, la próxima vez que estés seleccionando un influencer para tu campaña o para invitar a tu evento, podrías estar decidiendo si conectar con tu cliente potencial desde un entretenimiento que parta del talento, el esfuerzo honesto, la empatía e incluso un estímulo intelectual, tan necesario en la Venezuela de hoy, o si hacerlo desde un humor de “toallas en la cabeza”, vacío, fácil, prejuicioso, soez. Eso también es parte de que tengamos marcas “socialmente responsables”.

Al trabajar con un influencer, estaremos enviando otros mensajes además de nuestro producto o servicio, un subtexto que podría ser determinante. Las narrativas que construimos desde las marcas siguen jugando un papel importante sobre lo que la sociedad aspira, lo que se considera correcto, deseable o no. Te invito a que esos mensajes inspiren a tu cliente potencial a ser mejor persona, a aumentar su cultura, a aspirar a más desde la formación y el trabajo honesto. ¿Trasciendes con tu marca en medio de tanto humor fácil? ¿Lo reflexionas y me cuentas? 

*“Asesor de Marca, especializado en Moda, Estilos de Vida e Industrias Creativas”

La economía creativa marca, reseña y destaca una nueva forma de ver el mundo.

Samuel Salazar Morales *

*“Asesor de Marca, especializado en Moda, Estilos de Vida e Industrias Creativas”

Diseñadora Nabel Martins con su equipo de confección

Tenemos una conversación pendiente: Ampliar una discusión seria y transdisciplinaria sobre el inmenso potencial que tienen las Industrias Creativas de contribuir con el desarrollo y bienestar de la Venezuela del futuro. Esta columna que hoy comienza busca estimular esa conversación, con reflexiones para que seamos más críticos y exigentes con los distintos sectores de la economía creativa venezolana, llevando además la discusión a cada vez más círculos. Debemos partir de las propias PyMES y Emprendedores de nuestros sectores, pero sumando a gremios y asociaciones tradicionales, instituciones educativas, profesionales de áreas conexas, medios de comunicación y a la ciudadanía en general.

Para ello, los miércoles de cada 15 días compartiré contigo novedades que demuestran que la Economía Creativa en Venezuela está generando un impacto y buscando generar más, así como mis análisis de buenas prácticas e innovaciones surgidas en el resto del mundo, de las que podemos aprender desde nuestro país. Esta columna buscará ser un espacio para hacer reflexionar e impulsar a negocios que se construyan en Venezuela, con talento venezolano y creando empleo en el país. 

Podríamos hablar del mundo desarrollado y examinar cómo en Japón las Industrias Creativas representaron entre un 10 y un 14% del empleo para 2019, o cómo en Alemania representan un 3% del PIB. Sin embargo, en todo el mundo las Industrias Creativas representan 30 millones de empleos y el 3% del PIB total, mientras en países de nuestra propia región la Economía Creativa está teniendo consecuencias positivas: En la vecina Colombia representó un 3% del PIB y US$ 238 millones de exportaciones para 2019, mientras en México este valor alcanzó los US$ 5.200 millones. De acuerdo a la UNESCO, las Industrias Creativas podrían crecer en un 40% para 2030.

Festival Musical Sunset Roll

En Venezuela, los retos para avanzar hacia escenarios similares a los de nuestros países vecinos son múltiples. Un entorno donde por años ni lo más básico ha estado garantizado, parece habernos llevado a concentrarnos en lo más esencial, a pensar nuestras marcas y sus estrategias sobre la marcha, buscando sobrevivir a los retos de lo cotidiano; tener una capacidad de respuesta rápida, no debe excluir el que tengas una visión trascendente al mediano y largo plazo. En muchos círculos, incluidos los medios de comunicación, hablar de moda y de las distintas ramas del diseño, suele entenderse solo desde las tendencias, el lanzamiento de productos y/o colecciones, las Alfombras Rojas y los grandes eventos internacionales. Poco se habla de las grandes ideas que originan esas tendencias, de las realidades de mercado y sus oportunidades que tenemos acá mismo en Venezuela, de innovación, y menos aún, del bienestar que las Industrias Creativas generan cuando crean empleos en condiciones dignas. ¿Y “la sostenibilidad” como concepto? Principalmente la seguimos entendiendo limitada a lo “ecofriendly”, y algunas veces desde marcos de pensamiento trasnochados, prácticamente contrarios a los conceptos económicos más básicos.

Los años de descomposición y de un marco regulatorio francamente asfixiante, también nos han obligado a voltear nuestra atención colectiva hacia las realidades y necesidades de los sectores económicos igualmente esenciales. Pero en paralelo, nuestro pequeño ecosistema de marcas de moda venezolanas se ha seguido renovando, con marcas de mayor trayectoria que han crecido hacia el mundo gracias a modelos de negocio en constante evolución, y con marcas y diseñadores más nóveles, que con propuestas innovadoras y frescas, apuntan a nuevos segmentos de mercado; ni hablar de profesionales conexos como estrategas, fotógrafos, modelos y demás creativos. También en paralelo, en conexión con arquitectos y diseñadores, tenemos un sector del mueble que ha buscado seguir adelante con innovación, invirtiendo en mejorar líneas de producción y en tener personal cada vez mejor capacitado para fabricar en el país, de acuerdo a los estándares que demanda el exigente mercado local e internacional; más allá de las rimbombantes aperturas de tiendas de muebles y cocinas importadas (que también tienen un valor y suplen una necesidad de mercado), hay noticias alrededor del mobiliario bien hecho en Venezuela. Ni qué decir del sector musical, que mientras los titulares se concentran en el retorno de los conciertos de artistas internacionales, está sentando las bases para robustecer las carreras del talento local; ¿alguien se ha preguntado cuánto dinero llevó a la economía de Puerto La Cruz y Lechería el festival musical Sunset Roll, celebrado durante semana santa y con un line-up principalmente de músicos venezolanos? ¿Qué alianzas con marcas de los otros sectores de las Industrias Creativas completarán la experiencia del Cúsica Fest en diciembre?

Diseños de Alberto Willet para su marca ByWillet

Todo eso te da un vistazo de las buenas noticias que siguen ocurriendo, y sin mencionar a otros sectores exitosos de nuestra economía creativa, como la gastronomía.

Aunque los crecientes retos de un entorno perennemente en crisis han desviado nuestra atención del macro, y del macro hacia nosotros, los creativos hemos conseguido en esta dura realidad nuestra gran fortaleza: Incluso disgregados, los creativos venezolanos hemos logrado mucho con poco. Imagina si construimos una mejor sinergia entre nuestro pequeño sector industrial y sus canales de comercialización, permitiendo respuestas más precisas hacia el mercado y en miras a exportar. Imagina si comenzamos uniones sectoriales más fuertes, e incluso clústeres en las principales ciudades. Imagina que la moda, la decoración, la música, la gastronomía y demás sectores de nuestras Industrias Creativas, se convierten en interlocutores de los procesos de reconfiguración socioeconómica que inevitablemente vive el país.

Entonces, ¿comenzamos la conversación?

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