NYAD: LA EDAD NO ES EXCUSA PARA RENDIRSE.
@mariamkrasner
Annette Bening (nominada para cuatro Oscar) y Jodie Foster (ganadora de dos Oscar y nominada en otras dos ocasiones) son los nombres que abren los créditos de Nyad, Bening en el rol de la nadadora de avanzada edad y Foster como su inseparable amiga y entrenadora. Ya al tercer día de su estreno se ubicó inmediatamente en la sexta película de Netflix más vista a nivel mundial, dando de qué hablar por su historia y sus protagonistas.
Annette Bening se mete en la piel de Diana Nyad como la nadadora de largas distancias que con 60 añosy tres décadas después de estar retirada del deporte profesional, se empeña en recuperar el reto de recorrer a nado abierto la distancia de casi 180 km entre Cuba y Key West (Florida).Convirtiéndose en la primera persona en hacer dicha travesía sin la protección de una jaula contra tiburones.
De esta manera, Diana se empeña en retar sus propias limitantes por la edad, en lograr una meta que se llevó cuatro años junto a un equipo y especialmente codo a codo con su gran amiga y entrenadora Bonnie Stoll (Foster). Un reto conocido como el Everest de la natación.Siendo además un desafío que no pudo lograr cuando lo intentó por primera vez en 1978 a los 28 años, dos veces más en 2011 y finalmente cuando lo logró en 2013 a los 64 años.
Nyad está dirigida por los directores de documentales Jimmy Chin y Elizabeth Chai Vasarhelyi, dupla con una carrera de más de 20 años como documentalistas, consiguiendo ganar un Oscar en 2019 por su película Free Solo sobre el escalador Alex Honnold. Nyad está inspirada en el libro de memorias de la propia Nyad, ‘Find a Way: One Untamed and Courageous Life’, editado en inglés por Pan Books, en el que recuerda cómo fue el momento en el que completó la hazaña.
A pesar de que el mundo entero fue testigo de dicho logro, el mismo nunca fue ratificado por la WOWSA (World Open Water Swimming Association – la Asociación Internacional de Natación en Aguas Abiertas) ni considerada en el Guinness de los Récords. En este sentido, la asociación argumentó que nunca se establecieron reglas para ratificar el acto deportivo; que estuvo fuera de los estándares de las travesías tradicionales del Canal de la Mancha; no estuvo dentro de las normas de decisión para declarar un récord después de la natación al no estar ratificada formalmente y, otro aspecto es que aunque se declaró que se habían seguido las normas de la Asociación de Natación en Aguas Abiertas del Estrecho de Florida (FSOWSA), esta no existía formalmente en el momento de la natación.
A pesar de estas discrepancias, la película deja un registro muy claro que narra los acontecimientos entre la ficción y lo documental retratando lo más apegado a la realidad la hazaña de esta deportista, que con terquedad, arrogancia y preparación logra cumplir un objetivo por el que se preparó e intento por treinta años. La película esta enfoca en un período de casi cuatro años que comienza en 2010, donde vemos los diferentes obstáculos y procesos que pasó la atleta hasta conformar un equipo que la llevó a cumplir la hazaña en un merecido éxito colectivo donde estuvieron acompañándola un equipo multidisciplinaria de su confianza. En ese momento la reconocida deportista tenía 60 años y era famosa por haber logrado varias hazañas en aguas abiertas durante la década de 1970, como la de unir a nado la isla de Sicilia con la Italia continental.
Nyad no es una película más del montón del género drama basada en hechos reales sobre la superación en Norteamérica, a pesar de ser una propuesta bastante lineal, la personalidad de su protagonista va marcando los giros dramáticos y su resultado. Hoy Diana Nyad ha sido ancla de los principales programas para las transmisiones de esta disciplina, da conferencias y sigue manteniendo una gran amistad con Bonnie Stoll a quien ve todos los días.
Por mi parte, una apuesta a sus protagonistas donde la dupla Bening – Foster sobrepasa la pantalla con tremendas actuaciones.
“VJERAN TOMIC: EL HOMBRE ARAÑA DE PARÍS”
La noche que desaparecieron del Museo de Arte Moderno de Paris obras de Picasso, Braque, Matisse, Modigliani y Léger.
@mariamkrasner
Con solo ocho años el pequeño Vjeran había comenzado a robar. Nacido en 1968 en Paris, de padre serbio y madre croata, desarrollo su adolescencia en los bajos fondos parisinos hasta que entro en el ejercito lo que le delineo su carácter y habilidades según sus propias palabras.
Tomic, es un hombre totalmente calvo, de gran estatura y fuerza, se centra y mira directamente a la cámara, con toda sinceridad y detalle va narrando con orgullo sus robos en las noches de Paris. En una narración en primera persona, el protagonista sirve de conductor con sus declaraciones en el documental, Vjeran Tomic: El hombre araña de París (Vjeran Tomic: The Spider-Man of Paris) del director Jamie Roberts estrenada recientemente en Netflix. Su testimonio le da profundidad al reportaje y hace sentir a la audiencia cómplice de cada atraco logrado.
Se dedicó a escalar fachadas y recorrer las azoteas de las zonas más adineradas, se dio cuenta que en los pisos más altos las ventanas en su mayoría las dejaban abiertas. De día se dedicaba a observar los apartamentos y ventanas que daban al borde de los techos y escoger su próximo robo. Así entraba en completo silencio mientras la personas dormían. Entre los años 1997 a 2005 las cosas cambiaron, ya las personas no guardaban efectivo en sus casas y empezó a fijarse en los cuadros que colgaban como decoración. Fue detenido varias veces y por las características de sus robas la prensa lo bautizo como: el hombre araña de París.
Tomic, empezó a aficionarse por el arte, sus estilo y sus principales pintores. Le encantaba el impresionismo y especialmente Renoir. ¿Y por qué no planear un último robo, donde combinara sus habilidades con su gusto por el arte? El sitio perfecto: el Musée d’Art Moderne (el MAM).
En la vida de Tomic aparece Jean Michel Corvez, dueño de una galería que le ofrece pagarle cincuenta mil dólares por cada cuadro que robe del museo y una pequeña lista de los que se tenía que robar. Monto suficiente para cumplir su sueño de comprarse un velero y retirarse, aunque cada cuadro estuviera valuado en más de 100 millones de dólares.
Después de varios días de reconocimiento y de vigilar las rondas nocturnas de los guardias, Tomic detecto una ventana con un marco bastante viejo y fácil de quitar. Se dirigió a una ferretería compro todo lo necesario y durante varias noches tapándose con una sábana negra para no ser visto se dedicó a quitar los tornillos hasta lograr zafar por completo la ventana. La madrugada del 18 de mayo de 2010 entró al museo, las alarmas no sonaron y comenzó en silencio su recorrido por cada nave del recinto. Saco unos cuadros, los recostó de una pared en la calle escondidos en la oscuridad de la noche, volvió a entrar saco otros haciendo el mismo recorrido y entro nuevamente. En total se llevó ‘Le pigeon aux petits pois’, de Picasso; ‘La pastorale’, de Matisse; ‘L’olivier près del ‘Estaque’, de Braque; ‘La femme à l’éventail’, de Modigliani; y ‘Nature morte aux chandeliers’, de Léger. Al amanecer se encontró con Corvez le entregó las obras. Nunca más supo de ellas.
Las declaraciones de Fabrice Hergott, director del museo, de Thomas Erhardy jefe de policía, de Christophe Girard secretario de cultura y material del archivo audiovisual de los noticiarios del momento completan el eje narrativo del documental. Después de una investigación que duro siete años la policía logró enlazar los cabos, identificar a tres implicados en el caso y llegar a sospechar de Tomic.
En 2017 fue sentenciado a ocho años de cárcel y a indemnizar con 104 millones de euros al Ayuntamiento de París, propietario del museo y de los cuadros. Sin embargo, la sentencia de Tomic y sus cómplices no sirvieron para recuperar las obras. De acuerdo con las declaraciones de uno de los cómplices las mismas fueron destruidas. Han pasado 13 años, aun no hay rastros de ninguna de las obras, ni los investigadores ni los involucrados creen la versión que fueron destruidas.
Tal vez, en este momento un coleccionista está viendo el documental sonreído al saber que en su resguardo colgadas de su pared reposan en silencio.
LA CAÍDA DE LA CASA USHER: El tributo a Edgar Allan Poe
@mariamkrasner
El director del cine de terror Mike Flanagan nos tiene acostumbrados a sus estrenos de Halloween. En su filmografía tenemos: Hush. La Ouija el origen del mal (2016), La maldición de Hill House (2018), La maldición de Bly Manor (2020), Misa de Medianoche (2021), El club de la medianoche (2022) y ahora su más reciente estreno en Netflix: La caída de la casa Usher.
En este caso se trata de una historia basada libremente en el cuento homónimo y en otros relatos de Edgar Allan Poe, donde el ajuste de cuentas, la lucha por el poder, la avaricia, las relaciones familiares y la corrupción, son temas que vemos en el relato que nos trae Flanagan sobre la adinerada familia Usher.
Roderick Usher (Bruce Greenwood) el padre de la familia, es un corrupto empresario quien dirige la empresa Pharmaceuticals Fortunato, protegido por un siniestro acuerdo sellado décadas atrás junto a Madeline (Mary McDonnell ) su hermana gemela, con la extraña y sensual Verna (Carla Gugino) quien representa una especie de demonio mutante en roles, quien les propone un pacto condenatorio que gira a cambio de la vida de los descendientes Usher.
Así los destinos de cada uno quedan sellados en un extraño pacto, a cambio de la protección legal por los delitos de corrupción, la escalada de poder y dinero del patriarca y su familia. Con la condición de que al morir o enfermarse Roderick, todo el linaje Usher moriría con él. Incluyendo a su hermana Madeline, sus hijos y cualquier nieto.
Verna se encarga uno a uno de tomar las vidas de Perry, Camille, Leo, Victorine, Tamerlane, Frederick, Lenore, Madeline y él propio Roderick. Cada capítulo de la serie representa la trágica muerte de cada miembro de la familia. Toda la trama se va descubriendo mientras Roderick hilo conductor y narrador de la historia le confiesa al fiscal todo sobre las extrañas muertes de cada uno. En la serie los relatos de Edgar Allan Poe le dan el sentido a la historia que trata cada capítulo: cierta noche aciaga, la máscara de la muerte roja, los crímenes de la calle Morgue, el gato negro, el corazón delator, Gold Bug – William Wilson, El Pozo y el Péndulo y El Cuervo. Cada capítulo tiene la misma estructura y final, lo que hace muy circular y predecible todas las historias.
Flanagan no contento con todo lo que cuestiona con su particular estilo en toda la serie, nos lanza en el último capitulo una reflexión entre una conversación que se desarrolla entre los gemelos Roderick y Madeline: ¿Existe realmente el libre albedrío? ¿Por qué hacemos fila los fines de semana en un McDonalds si ya sabemos cuál es el valor nutricional de su especialidad? Peor aún, ¿por qué llevamos a nuestros hijos a este lugar? Si no existiera esta marca, ¿realmente tendríamos una vida más sana?
La caída de la casa Usher es una serie destinada exclusivamente a los seguidores de este género de terror truculento con escenas salpicadas de sangre, mucha sangre. Quedan advertidos.
Beckham : Una marca personal
@mariamkrasner
En días pasados Netflix estreno la docuserie Beckham, bajo la dirección de Fisher Stevens (ganador del Oscar por The Cove) y la producción de John Battsek (ganador del Oscar por Searching for Sugar Man). La serie son cuatro episodios que relatan el ascenso cronológico de una de las mayores estrellas del fútbol. El documental sirve de vitrina a testimonios y entrevistas de familiares, amigos, entrenadores, futbolistas internacionales y hasta de los paparazis. Destacan figuras que han sido imprescindibles en la carrera del futbolista como la de su entrenado sir Alex Ferguson (a quien a pesar de los roces considera un padre), Eric Cantona, Gary Neville, Roberto Carlos, Ronaldo, Figo y Florentino Pérez entre otros.
Los primeros segundos del primer capítulo nos muestra a un hombre de espaldas vestido con el traje protector de apicultor, los tatuajes descubren al personaje. Con esta imagen empieza la serie documental de Beckham quien a sus 48 años se convierte en el narrador principal de su propia historia.
Un material audiovisual nunca mostrado le da al documental un muy buen ritmo en los momentos decisivos de los grandes partidos, así como en la forma y el enfoque cuando presentan el lado más humano del jugador.
El juego de cámara, los primeros planos en los testimonios, la musicalización, la edición y el tratamiento en el montaje de la docuserie logran atrapar y tienen un efecto de acercamiento al relato verdaderamente humano y personal. Al punto que uno siente como audiencia sinceridad y dejas en un segundo plano la percepción de frivolidad que se explotó de la dupla David – Victoria. Un relato cargado de buenos y malo momentos, una vida marcada no solo por el éxito sino también con grandes picos de altibajos.
Un lado para destacar de la serie es el valor y la importancia que tuvo y tiene la familia del jugador. Un niño de clase obrera del este de Londres. Un padre apasionado por el futbol que siempre vio en el pequeño David un talento hacia el deporte. Una carrera que comenzó de niño donde la motivación, el trabajo, el esfuerzo, la tenacidad y la disciplina era el día a día que fueron formando el carácter del jugador.
Descubrimos una figura obsesiva por la limpieza y el orden, que ha tenido marcados episodios de depresión, inseguridades y miedo por su familia. Pero que la tenacidad, la pasión por el futbol y el amor por su esposa, hijos y padres lo ha levantado una y otra vez.
Otro importante hilo conductor de la docuserie es la propia Victoria Beckham. No se queda corta Anna Wintour editora jefe de la edición estadounidense de la revista Vogue, en el momento que comenta en la serie: “Cuando tienes dos personas igualmente carismáticas, se duplica el volumen y aumenta mucho el efecto”. Victoria es el gran amor de Beckham, Neville recuerda que David vio a la entonces Spice GirlsVictoria Adams, en televisión y en ese momento dijo que se iba a casar con ella. Al poco tiempo se conocieron en el campo del Manchester United empezando una relación que lograron ocultar por tres meses. Lo que generó cierta fricción en sus padres y en el propio Ferguson ya que consideraban que “El fútbol iba primero y de repente ya no era así” como lo recuerda su madre.
Cuando te sientas y repasas cada momento de tu vida, partiendo del día que todo comenzó la docuserie se convierte en una especie de terapia, tal como Beckham lo termina asumiendo. Una figura que es mucho más que una marca personal. Una docuserie que sorprende y te atrapa te guste o no el futbol.