finanzas para todos

MINIMALISMO FINANCIERO

Alice Carolina Ortiz / @emofinanzas

Sabemos que el “minimalismo””, consiste en un estilo de vida donde se invita a tomar conciencia de las cosas que realmente necesitamos, alejándonos de todo aquello que no sea realmente importante. Ahora bien, esta metodología aplica también para las finanzas personales y la economía familiar, en el sentido de procurar  “tener”, “comprar”, “adquirir” menos cosas materiales, especialmente en estos momentos donde una adecuada administración de los recursos resulta fundamental y las “tentaciones” que se encuentran a flor de piel, muchas veces a tan solo un click del celular, deben ser manejadas con criterio de escasez, a fin de evitar caer en deudas o dilapidar los  recursos que se tienen para comprar cosas poco relevantes o intrascendentes.  

Asociamos dinero con posesiones y las posesiones con felicidad. El “minimalismo” es un movimiento que se fundamenta en vivir con lo realmente necesites.

En palabras simples, se trata de disminuir el consumo.  Y me preguntarán algunos ¿aún más? Vivimos en Venezuela, todos nos hemos reducido. Sí, es cierto. Pero aún apreciamos que muchas veces bajo el pretexto “me lo merezco” realizamos compras compulsivas de productos que no necesitamos. Al practicar las siguientes sugerencias, de ninguna manera, queremos que te conviertas en una persona “pichirre”, tacaña, que no disfrutes de la vida, ni del producto de tu esfuerzo, de tu trabajo, todo lo contrario, te recomendamos que practiques ciertas acciones en aras de liberarnos del posterior “stress financiero” que tanto daño emocional causa.  Por ello, sugerimos:

1.- Fortalecer los planes financieros a corto, mediano plazo. Comencemos por estos: ahorros, inversiones, compras programadas, planificación de ratos de ocio.

2.- Revisa tus closets, tus gavetas. Hay un ejercicio en “minimalismo financiero”, que lo pongo a tu disposición se llama “MUDANZA”.  Imagina que te tienes que mudar y solo te puedes llevar lo que has utilizado los últimos tres meses. Si, tres meses.! ¿ Muy exagerado?. Date seis meses. Y luego de ponderar que justifica su resguardo y que no, lo sobrante retíralo. Simplemente véndelo, dónalo o regálalo.  No lo necesitas. 

3.- Cuando vaya a hacer compras. Respira  y hazte la siguiente pregunta: ¿ Cuántas horas de trabajo y de mi tiempo invertí para obtener este dinero y gastarlo de esta manera? ¿ Se justifica?

4.- Piensa, analiza la selección de tu consumo. Cuando hablamos de alimentos y medicinas compra la mejor calidad que puedas, estás invirtiendo en tu salud. El resto evalúa si te conviene o no. 

5.- Si no puedes pagarlo no puedes comprarlo, así de simple. No te endeudes. 

6.- No descuides la posibilidad del reciclaje. Cuando empieces el trabajo desocupar, practicando el minimalismo, se abren opciones maravillosas. Te pongo un ejemplo: Hay personas que por su trabajo utilizan gran cantidad de papel.  Puede ser que después de realizado el trabajo se produzca un gran desperdicio de material. En vez de desechar, hay instituciones que reciclan y hacen cuadernos para los niños de una escuela. Valida si tu reciclaje puede contribuir con otros. 

Y finalmente como señalamos en nuestro libro “Emofinanzas”, enfócate en lo que realmente necesitas, te agrada y te da bienestar.

Hay una máxima entre los amantes del minimalismo que dice: “no es más rico por tener más, sino porque necesita menos”

En este mundo lleno de publicidad y de un vasto consumo, lograr el estado mental correcto, facilitará tu ahorro e inversión. Sabemos que las “trampas”  son muchas, procura evitar las tentaciones y enfócate. 

Ultima reflexión,  solemos  aferramos a “cosas  materiales”” que no usamos y que pueden contribuir incluso a mejorar la situación económica de este momento. Al aferrarnos, al mantener los apegos por cosas materiales no avanzamos. Y la vida siempre se mantiene en movimiento. Seguro tienes alguna tía, una amiga que se encuentra en una circunstancia  muy apremiante y sin embargo  no quiere  “soltar” un bien que puede mejorar su actual calidad de vida. A menos que tenga un valor sentimental. Evalúa el costo-beneficio de su conservación.  Recuerde que  “ No hay urna con caja fuerte”. 

Terminamos parafraseando a gran filósofo Sócrates: “El secreto de la buena vida no consiste en tener más sino en saber disfrutar con menos”.

Éxitos!