
CASOS Y COSAS QUE PASAN: “MIS HIJOS, LOS TUYOS Y LOS NUESTROS”
Alice Carolina Ortiz / @emofinanzas
Hoy, revisaremos un tema muy delicado y que requiere reflexión. Está dedicado a todos aquellos padres que transitan por circunstancias similares o que dada su situación actual pudiera presentársele en el tiempo. Nada mejor que una conversación en pareja para tratar los temas relacionados con la economía familiar, que incluya cuál será la guía, rumbo, metodología en la toma decisiones con la descendencia “los hijos tuyos, míos y nuestros” y así ejecutar una planificación financiera consensuada, que evite inconvenientes y malos entendidos que afecten su relación.

Para nadie es un secreto las estadísticas actuales de divorcios y separaciones. Cuando contraemos matrimonio o comenzamos una relación de hecho formal, lo hacemos con la intención y firme propósito que sea para toda la vida. Sin embargo, por múltiples causas, algunas terminan y se comienzan otras.
En ocasiones, nuestros clientes acuden en pareja a relatarnos los problemas que surgen por la divergencia de criterios, causados por estos terceros muy cercanos, como son los hijos.
En este artículo no nos referiremos a los hijos malcriados, que creen que todo se lo merecen, exigentes de una cobertura paterna o materna excesiva y que no tienen sentido de responsabilidad, amparándose en argumentos como el supuesto “abandono” o en “me lo merezco porque soy tu hijo”. Ni tampoco profundizaremos acerca de los del caso de hijos–aprovechadores, que pretenden manipular al padre o madre, para hacerlos sentir culpables, con requerimientos absurdos que no están en capacidad de dar.
Estamos hablando de los puntos de vista diversos que suelen surgir en la pareja para manejar las decisiones financieras, por ejemplo: cuando el cónyuge (progenitor) desea comprar y/o contribuir con diversos compromisos y necesidades que tienen los hijos del matrimonio anterior, con aportes adicionales a la pensión pautada por Ley o del acuerdo realizado con la ex pareja. (por supuesto nos referimos a padres responsables y comprometidos con sus hijos).
Con más frecuencia de los que nos imaginamos, suele ocurrir que uno de los cónyuges se topa con la negativa frontal de la pareja actual, quien se opone vehementemente a cualquier mesada y/o contribución mayor, pago de viajes, estudios o de lo que sea. Alegando cualquier tipo de razones, válidas o no, entre ellas: si se trata de menores (“no alcanza para nosotros”, “tu ex trabaja, que lo pague”). Y si se trata de hijos adultos: (“ese hijo se puede mantener solo”, “tu ex se quiere aprovechar de ti”, “es un adicto”, “no estudia”, “no trabaja”, “ese dinero será para mantener a la ex” “como quedan nuestros ahorros” “no tenemos para eso”.) Razones buenas o malas que causan, sin duda, un abismo entre la pareja, incluso puede convertirlos en rivales y empezar una competencia desmedida para determinar que se le da a cada quien.
Lo descrito resulta sumamente delicado. Cuando escuchas las versiones con amplitud, incluso, cuando intentas hacerlo con total y absoluta objetividad e imparcialidad, cada caso es muy, pero muy particular. Para evitar todos estos posibles malentendidos. La ley permite previo al matrimonio realizar Capitulaciones Matrimoniales. Le dedicaremos un artículo aparte a este tema, para no desviarnos del punto central de este artículo.

La piedra angular de todo esto, es que resulta muy importante, diríamos que vital, conversar con la pareja actual, antes del matrimonio o a la unión de hecho ( si es posible), y plantear, aclarar, cómo se manejará la situación financiera con los hijos de la relación anterior, con los de la pareja si existe y con los propios de la unión. Y cuando me refiero a hijos, incluyo a todos, indistintamente de la edad. Porque pasa incluso con hijos ya adultos, que por alguna razón o circunstancias requieren del apoyo de los padres y este está en capacidad de darla y se enfrenta con una “pareja-pared”, argumentando que ya son mayores y pueden “defenderse” solos.
Es un tema que puede traer incluso consecuencias nefastas para la relación de pareja.
En estos días tuve un caso donde la actual esposa se negaba rotundamente a la compra de un bien, y aunque el padre se encuentra en perfecta capacidad económica de suministrárselo a su hijo, tal situación derivó en escenas y discusiones muy dolorosas para el matrimonio. El tenia los recursos (producidos por el). Ella no daba su brazo a torcer.
Al escuchar a la esposa, observaba que su negativa iba más allá de negarle el bien al hijo de su marido. Ella argumentaba, que en el caso hipotético de que el hijo se fuera del país, quien se quedaría disfrutando de “esto” sería la ex esposa y lo consideraba totalmente injusto.
Manejamos el caso con mucha delicadeza y logramos una estrategia financiera y legal que nos permitió conseguir el objetivo y poner de acuerdo a las partes. Les confieso que: “El asunto no fue nada fácil”.
Lo que queremos traer a colación es que es de suma importancia, dejar estos temas claros. La vida es impredecible, pero conversando en buena lid, se pueden lograr resolver asuntos complejos que ameritan tratarse en la debida oportunidad.
Éxitos.